El Gobierno de México firmó este lunes el acuerdo de compra-venta de acciones para adquirir 13 plantas de energía eléctrica propiedad de Iberdrola, por un monto aproximado de 6 mil millones de dólares.
En un comunicado, la Secretaría de Hacienda informó que el contrato confirma los términos y condiciones del acuerdo que anunció el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el pasado 4 de abril, para la adquisición de 12 plantas de ciclo combinado y una planta eólica, con capacidad de 8,500 MW, que representarán una capacidad adicional para el Estado.
Señaló que el cierre de la operación entre Iberdrola México y el fideicomiso México Infrastructure Partners, se realizó a través de un vehículo de inversión nacional con participación mayoritaria del Fondo Nacional de Infraestructura de México y con financiamiento de la banca.
“Esta acción da certeza legal al objetivo de la actual administración de recuperar el porcentaje de la generación de energía eléctrica que permita reestablecer la soberanía energética, así como fortalecer las economías internas de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), facilitándole el acceso al mercado del noreste de 6%, antes de la operación, a 49% con esta transacción, en donde había perdido participación y donde se encuentran los clientes de más alto crecimiento”, mencionó Hacienda.
Además, apuntó que con esta operación, la CFE podrá organizar mejor sus compras de gas y su internamiento a territorio nacional.
“Asimismo, tiene una excelente posición estratégica para participar, mediante las plantas adquiridas, en el crecimiento de este mercado”, finaliza el comunicado de Hacienda.
Diversas organizaciones han mostrado su preocupación por la compra de las plantas. En un análisis, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), señaló que a pesar de contar con financiamiento público, legalmente la propiedad de las centrales y la gestión del fideicomiso será privada, ajena al gobierno federal y a la CFE.
Por esta razón, considera que “la CFE no está incrementando su participación de mercado en la generación eléctrica”.
Por su parte, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) considera que si bien las plantas generadoras son productivas y probablemente eficientes, “su adquisición
conlleva gastos de mantenimiento a futuro, que serán difíciles de solventar”.
“Y en México como en todo el mundo los gobiernos enfrentan problemas de suficiencia de recursos para el mantenimiento de la infraestructura, ya que compiten con otras prioridades que a menudo son más urgentes”, menciona en un análisis.
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