Si este mes de agosto te apetece hacer una escapada y todavía no has elegido el destino, te traemos una propuesta increíble. Se trata de un pueblo lleno de piscinas naturales donde podrás disfrutar de la naturaleza, la cultura, la historia y la gastronomía. Aunque son muchos los que prefieren la costa para pasar unos días de vacaciones, la zonas de interior también cuentan con opciones muy atractivas y refrescantes. Además, cuentan con la ventaja de no estar masificadas, así que son la mejor elección si lo que te apetece es estar tranquilo y desconectar de la rutina.
Beceite, el pueblo con más piscinas naturales
Hablamos de Beceite, que puede presumir de ser el pueblo con más piscinas naturales de toda España. Se encuentra en Teruel y, aunque a priori puede resultar aburrido si piensas en pasar allí las vacaciones, ofrece unos paisajes que no tienen absolutamente nada que envidiar a otros destinos exóticos más populares. Las piscinas cuentan con unas aguas turquesas cristalinas donde podrás darte un refrescante chapuzón.
Puertos de Beceite es un destino increíble para los amantes de la naturaleza. Atravesado por el río Mararraña, cuenta con varios puntos de baño, algunos de los cuales son estupendos para ir con niños. Otros son vírgenes y no están adaptados a la visita de turistas, así que hay piscinas naturales para todos los gustos.
Además, hay rutas de senderismo para todas las edades y públicos. Una de las más interesantes es la Ruta del Parrizal, que permite descubrir la flora y fauna de la zona, así como conocer las pinturas rupestres de la Fenesella del año 3.500 a.C., declaradas Patrimonio de la Humanidad.
El recorrido es de seis kilómetros (ida y vuelta) y atraviesa un bosque mediterráneo hasta llegar a los Estrechos del Parrizal, una zona donde las aguas del río Matarraña se encajonan en un estrecho cañón cuyas paredes alcanzan los 60 metros de altura.
El pueblo de Beceite también tiene varios monumentos que resulta de especial interés visitar:
- Iglesia de San Bartolomé: el origen del templo se remonta a los siglos XVII y XVIII. Todaía se conservan algunos vestigios de la iglesia medieval sobre la que se levantó, como como un capitel de columna con escenas de Sansón abriendo las fauces de un león y una bóveda de crucería.
- Ermita de Santa Ana: de decoración gótico renacentista, está dedicada a Santa Ana, la patrona de la localidad.
- Presoneta: era el torreón que defendía el portal de entrada, aunque en el siglo XIX perdió su utilidad defensiva y se convirtió en una cárcel durante la primera guerra carlista.
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