El jefe del Pentágono, Lloyd Austin, fue diagnosticado de cáncer de próstata hace un mes, pero el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, no fue informado de que padecía esa enfermedad hasta este martes por la mañana.
Biden tampoco sabía hasta hoy que la razón por la que el secretario de Defensa lleva varios días hospitalizado es que sufrió una infección del tracto urinario tras haber sido operado por el cáncer de próstata que padece, informó John Kirby, uno de los portavoces de la Casa Blanca.
La polémica sobre la hospitalización siguió viva este martes con nuevas revelaciones sobre el estado de salud de Austin, el primer secretario de Defensa afroamericano y que se encuentra por debajo de Biden en la cadena de mando militar de Estados Unidos.
En un comunicado difundido este martes, los médicos que están tratando al secretario de Defensa en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, donde se encuentra ingresado, dieron a conocer las razones de su hospitalización, que incluyeron un período en la unidad de cuidados intensivos.
En dicho comunicado, los doctores explicaron que, durante exámenes rutinarios a principios de diciembre, detectaron que Austin padecía cáncer de próstata y requería tratamiento.
Como resultado, el 22 de diciembre, Austin fue ingresado en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, a las afueras de Washington, para someterse a un procedimiento quirúrgico “mínimamente invasivo” conocido como prostatectomía, destinado a tratar el cáncer de próstata.
Austin estuvo bajo anestesia general en diciembre
Para llevar a cabo este procedimiento, Austin fue sometido a anestesia general, permaneciendo inconsciente sin que la Casa Blanca fuera informada, según reveló Kirby durante la rueda de prensa de este martes.
El día siguiente a la operación, Austin pudo regresar a su casa. Sin embargo, la noche del 1 de enero regresó al hospital debido a complicaciones derivadas de la intervención, que incluyeron náuseas y dolor intenso en el abdomen, la cadera y las piernas, detallaron los médicos.
Los exámenes revelaron que Austin estaba sufriendo una infección del tracto urinario, por lo que el 2 de enero se tomó la decisión de trasladarlo a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
El Pentágono informó ayer lunes en un comunicado que Austin ya no se encontraba en la UCI, pero aún no se ha revelado la duración del tiempo que el Secretario de Defensa requirió de dichos cuidados debido a su estado de salud.
Según los médicos, desde su ingreso el 1 de enero, Austin nunca perdió el conocimiento y no fue sometido a anestesia general.
Por su parte, el Pentágono informó que Austin retomó sus funciones el 5 de enero por la noche y, desde entonces, ha estado recibiendo información operativa, emitiendo órdenes y supervisando la situación en todo el mundo, incluyendo la guerra en Ucrania y el peligro de un conflicto a gran escala en Oriente Medio.
La hospitalización ha generado controversia debido a que Austin no informó a Biden sobre su ingreso hasta el 4 de enero, tres días después de haber sido ingresado, y el Pentágono no emitió un comunicado a la prensa informando de la situación hasta el día siguiente, el 5 de enero.
Algunos miembros del Congreso afirman que no fueron informados de la situación hasta minutos antes de la publicación de ese comunicado el 5 de enero.
Austin ha hecho autocrítica, y el 6 de enero, un día después de que se hiciera pública su estancia hospitalaria, reconoció entender las preocupaciones sobre transparencia y admitió que podía “haber hecho un mejor trabajo” asegurándose de que el público estuviera debidamente informado.
La Casa Blanca respalda a Austin, pero revisa sus protocolos
A pesar de las críticas por la falta de transparencia, el Pentágono indicó este martes que Austin no tiene intenciones de renunciar a su cargo. Además, la Casa Blanca expresó su respaldo al secretario de Defensa, deseándole una pronta mejora.
No obstante, la Casa Blanca reconoció que a Biden le hubiera gustado estar informado sobre los problemas de salud de Austin, un general de cuatro estrellas con un carácter reservado y que prefiere no “molestar” a otros con sus problemas, según medios locales.
Específicamente, la Casa Blanca reveló que el Pentágono esperó hasta el martes por la mañana para informar al jefe de gabinete de Biden, Jeffrey D. Zients, del cáncer de Austin, y el presidente fue informado de inmediato.
Por tanto, según confirmó la Casa Blanca, Biden no supo hasta el martes la razón por la que Austin llevaba ingresado desde la semana pasada en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed, a las afueras de Washington.
No hay reglas fijas sobre cómo deben manejarse este tipo de situaciones, pero en términos generales, la Casa Blanca señaló que Biden tiene la “expectativa” de ser informado si los miembros de su Gobierno no pueden desempeñar sus funciones.
Como resultado de la controversia, el Pentágono anunció este martes que hará una revisión interna para mejorar su transparencia.
Asimismo, la Casa Blanca ha enviado el martes un memorando a los miembros del Gobierno instándoles a mantener informada a su oficina en caso de no poder cumplir con sus funciones.
Austin, de 70 años, sigue hospitalizado y el Pentágono no ha proporcionado información sobre cuándo podría ser dado de alta.
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