Médico de Gaza amputa pierna de su sobrina en casa y sin anestesia | Imágenes fuertes

Médico de Gaza amputa pierna de su sobrina en casa y sin anestesia | Imágenes fuertes

El médico palestino Hani Bseiso se enfrentó a una decisión angustiosa cuando su sobrina adolescente resultó herida por los bombardeos israelíes a su casa en la ciudad de Gaza: amputarle la pierna o arriesgarse a que muriera desangrada.

Al no poder llegar a un hospital cercano, y usando poco más que unas tijeras y unas gasas que llevaba en su maletín, extirpó la parte inferior de la pierna derecha de A’Hed Bseiso en una operación realizada en la mesa de la cocina sin anestesia.

En un video que se hizo viral en Instagram se le ve limpiando el muñón ensangrentado de su pierna derecha mientras ella yace sobre la mesa. Uno de sus hermanos la sujeta y otro sostiene dos teléfonos móviles para iluminar mejor.

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La casa está a solo 1,8 kilómetros del hospital Al-Shifa de Gaza, normalmente a seis minutos en auto o 25 minutos a pie, pero Bseiso dijo que por el intenso fuego israelí en la zona era demasiado peligroso intentar llegar.

Por desgracia, no tenía otra opción. La opción era dejar morir a la niña o intentarlo en la medida de mis posibilidades”, dijo Bseiso a Reuters esta semana, en una entrevista en la habitación donde le amputó la pierna el 19 de diciembre.

Reuters no pudo confirmar de forma independiente qué impactó su casa, por qué le dispararon y qué acontecimientos precedieron al ataque.

“¿Podría llevarla al hospital? Por supuesto que no”, dijo Bseiso, que describió la zona como “sitiada”. “Los tanques estaban en la entrada de la casa”

Las autoridades israelíes dicen que trabajan para minimizar los daños a la población civil.

Cuando se les pidió comentarios sobre los sucesos del 19 de diciembre, los militares israelíes no respondieron específicamente a las preguntas sobre el incidente en la casa de A’Hed Bseiso, pero dijeron que Hamás usaba los complejos hospitalarios como cobertura, una acusación que el grupo niega.

Tumbada en cama varias semanas después de la amputación, A’hed Bseiso contó a Reuters que encontró un tanque israelí cerca de su casa cuando salió a eso de las 10.30 de la mañana para conseguir señal con la que llamar a su padre, que vive en el extranjero.

Ella y su hermana entraron a la casa y cerraron las persianas por si era bombardeada. Poco después, el edificio fue atacado y ella resultó herida, según relató. Se dio cuenta de que no sentía nada en la pierna cuando sus familiares intentaron ayudarla sacándole restos de metralla.

“Me pusieron en la mesa del comedor. No había equipo médico. Mi tío vio la esponja con la que limpiamos los platos, un alambre, detergente líquido y desinfectante”, explicó. “Los cogió y empezó a fregarme la pierna. Me amputó la pierna sin anestesia y sin nada en casa”.

A la pregunta de cómo soportó el dolor, dijo: “Sólo decía ‘gracias a Allah’ y leía el Corán. Gracias a Dios, no sentí mucho, pero por supuesto hubo dolor, y la escena y el shock”.

Desde entonces ha sido sometida a nuevas operaciones en el hospital para tratar las heridas.

A muchos otros, incluidos niños, se les han amputado miembros debido a la gravedad de sus heridas durante la ofensiva israelí, que según su Ejército pretende eliminar a Hamás y garantizar la liberación de los rehenes.

Más de 1.000 niños de Gaza habían sufrido amputaciones de piernas a finales de noviembre, según la agencia de la ONU para la infancia UNICEF.

La falta de higiene y la escasez de medicamentos ponen aún más en peligro las vidas, y los médicos dicen que los suministros a los hospitales se ven obstaculizados por la falta de acceso a los mismos.


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