Por tres sexenios, el Gobierno federal toleró actividades de centros de experimentación animal para investigación científica, omitiendo irregularidades que se cometían con animales y sin aplicar los protocolos necesarios para garantizar su desempeño.
Por Gilbert Gil y Xavier Rodríguez en alianza con CONNECTAS*
En México, de 2000 a 2018, durante los periodos de los expresidentes Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, los centros de experimentación científica con animales, llamados bioterios, han violado sistemáticamente la Norma Oficial Mexicana NOM-062-ZOO-1999 “Especificaciones técnicas para la producción, cuidado y uso de los animales de laboratorio”, y con ello, han puesto en riesgo la seguridad nacional. Así lo denuncia esta investigación difundida por la Plataforma de periodismo investigativo CONNECTAS.
Según esta investigación, en los registros del gobierno mexicano existen actualmente 53 bioterios en activo. De éstos, al menos la mitad han incumplido leyes mexicanas en la presentación de documentos que avalen su operación legal y el adecuado uso y manejo de animales, como lo puede evidenciar esta infografía , que también muestra variables como el tipo de sector al que pertenecen y su estatus.
La información relativa a las condiciones, procesos y características de los bioterios “en su conjunto potencian una amenaza”, por lo que al “hacer público su contenido se conocerían todas las características de cada uno de los bioterios registrados ante esta autoridad, potencializándose con ello la posibilidad de utilizar con fines bioterroristas”, según respuesta a solicitudes de información al respecto, por lo que se clasifica parcialmente la información como reservada, por razones de “seguridad nacional”.
De 2000 a 2018, en el país se han hecho 6.155 investigaciones científicas y sirvieron de base, para ellas, un millón 685. 315 animales (conejos, ratones, ratas, gatos, perros, cerdos, caballos y primates no humanos).
El gobierno reconoce que los agentes biológicos que se manejan en este tipo de establecimientos se consideran zoonóticos (de riesgo por la transmisión de enfermedades de animal al humano) y que este sector entraña riesgos de bioseguridad asociados.
A decir de expertos, el riesgo ante la falta de cumplimiento de las normas, es grave. Dos ejemplos que evidencian la omisión del gobierno mexicano y la opacidad del sector, son tanto los bioterios de Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México S.A. de C.V. (Birmex), empresa de participación estatal mayoritaria, que están catalogados dentro de los más importantes del país y realizan investigaciones biomédicas relacionadas con la producción de vacunas, como el bioterio del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS), que hace investigaciones acerca de enfermedades como el párkinson.
Según documentos de la Auditoría Superior de la Federación, de 2006 y 2012, en el caso del INNNMVS; y de 2011, 2014 y 2017, en el caso de Birmex, los bioterios de estas instituciones incurrieron en diversas irregularidades administrativas como lo revela la investigación.
Según especialistas en biotecnología, bioética, biomedicina y bioseguridad, los bioterios en México continúan siendo un riesgo sanitario, muchos de ellos se mantienen en la completa ilegalidad y calculan la existencia de cerca de 300 centros de este tipo, operando sin registros y representando con ello los riesgos de bioseguridad y bioterrorismo que aceptan las autoridades.
Al cierre de esta investigación, siete de 17 instituciones privadas se comprometieron a brindar una postura, mientras que con las restantes no se pudo establecer contacto.
El único bioterio en responder fue el Laboratorio de Especialidades Inmunológicas. La maestra Cecilia Padierna, directora del área de Desarrollo de Negocios comentó que el uso de animales que hacen en su bioterio es acorde con la normativa y que de hecho buscan sustituir animales en sus procesos desde hace dos años. Comentó que en muchos casos, los centros de investigación no cumplen con los estándares necesarios y debe reforzarse la vigilancia de sus procesos. Consecuencia de la falta de vigilancia, dijo, es que en las instituciones públicas, principalmente, se puede afectar la calidad de las investigaciones.
*Este reportaje fue realizado por Gilbert Gil y Xavier Rodríguez para Aristegui Noticias en el marco de la iniciativa para el periodismo de investigación de las Américas, del International Center for Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.