La producción de petróleo de Petróleos Mexicanos (Pemex) volvió a caer en febrero para ubicarse en niveles mínimos en décadas y promediar 1.55 millones de barriles diarios, mientras que las exportaciones y el procesamiento de crudo en las refinerías locales también retrocedieron.
La producción de crudo de la compañía, con socios, registró una baja del 2.4% interanual en febrero -según cifras que divulgó el lunes por la tarde- a pesar que desde el liderazgo de la gigante estatal y del Gobierno la cifran en 1.9 millones de barriles diarios al adicionar la producción de condensados, que se disparó desde fines del 2022 y que en febrero fue de casi 276,000 barriles diarios.
La producción de hidrocarburos de la altamente endeudada petrolera paraestatal ha venido bajando paulatinamente desde su tope de 3.4 millones de barriles diarios hace dos décadas ante el agotamiento de recursos, falta de inversión y de nuevos hallazgos importantes. Cifras similares a las de febrero del 2024 datan de 1979, según una base de datos oficial.
“Es normal que la rectoría de Pemex intente presentar al público mejores cifras”, dijo el experto petrolero Jesús Carrillo, del Instituto Mexicano para la Competitividad.
“Han gastado una cantidad de dinero sin precedentes en supuestamente rescatar a Pemex. Reconocer que eso no sirvió para incrementar la producción es reconocer también que la estrategia y el rescate fracasaron“.
Bajo la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador la petrolera ha recibido apoyos por unos 90,000 mdd por diversas vías para aliviar su deuda y dejarla con fondos para exploración y producción de crudo. Pero el mismo mandatario fue ajustando las metas desde tres millones de barriles diarios desde antes de llegar al poder a alrededor de dos millones actualmente.
Por otra parte, las exportaciones de crudo de la gigante estatal bajaron un 1.1% en febrero respecto a enero para ubicarse en 940,187 barriles diarios, lo que representa también una baja del 0.9% interanual.
López Obrador, quien entregará el poder el 1 de octubre, prometió varias veces durante su gestión que Pemex dejaría de exportar crudo para procesarlo localmente y producir los combustibles que necesita el país, como parte de su plan de soberanía energética y del “rescate” de la empresa.
Y aunque las importaciones de gasolinas y diesel se han reducido en los últimos años, Pemex está aún por recorrer un largo techo para dejar de depender de esas compras al exterior debido a la demorada entrada en operaciones de la nueva refinería Olmeca, dos nuevas coquizadoras en construcción y mejores niveles de procesamiento de las refinerías en el país.
El procesamiento de crudo en las seis refinerías locales bajó casi un 2% en febrero respecto a enero pero subió casi un 17% interanual. A pesar de las mejoras, la petrolera está produciendo en algunos meses más del contaminante combustóleo que gasolinas.
Pemex ha logrado subir estos niveles de procesamiento desde niveles de 612,000 barriles diarios promedio en 2018, año en el que López Obrador llegó al poder, pero que incluso se desplomaron hasta 590,000 barriles diarios en 2020 en sus primeros años de gestión, algo que la empresa dice se debió al grave estado en el que recibió las plantas.
La semana pasada su director general, Octavio Romero, aseguró que a fines del año el procesamiento local, al sumar el de Olmeca subirá a 1.7 millón de barriles diarios. Se espera que en pocas semanas la refinería de 340,000 barriles diarios de capacidad inicie la producción de gasolinas de diésel, aunque en el pasado se han dado fechas que han incumplido.
Pemex ha vendido en promedio en los dos primeros meses del año unos 642,000 barriles diarios de gasolinas y 240,000 de diésel, pero su producción promedio es de 371,000 y 113,000 barriles diarios, respectivamente.
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