(Radio France Internationale).- El mes pasado, los diputados reunidos en comisión aprobaron el principio de una fusión del sector público de la tele y radiodifusión (France Télévisions, Radio France, INA, France Médias Monde -France 24, RFI y MCD) para 2026. El proyecto de ley defendido por la ministra de Cultura, Rachida Dati, debía ser examinado en la Asamblea Nacional en los próximos días, del 24 al 26 de junio. Pero como todos los demás, el proyecto quedó enterrado, barrido por la disolución decidida por Emmanuel Macron la noche de la derrota de su bando en las elecciones europeas. Se espera que el statu quo sea efímero. La Agrupación Nacional (RN) podría llegar al poder por primera vez tras las elecciones legislativas anticipadas del 30 de junio y el 7 de julio. Jordan Bardella, el presidente de RN, ha confirmado varias veces que si se convirtiera en primer ministro, la privatización de la tele y radiodifusión públicas formaría parte de su programa, aunque “no se hiciera en 24 horas”.
“La idea es privatizar los medios de comunicación públicos, pero mantener tanto RFI como France 24 porque representan a Francia en el extranjero, France Info, que es un canal de noticias, y las emisoras de radio France Bleu, que son las emisoras de radio locales”, dijo Damien Soumi, candidato de RN en el departamento de Somme entrevistado en France Bleu Picardie. Sébastien Chenu, vicepresidente de RN, llega a plantear la cifra de “3.000 millones de euros” de ingresos para el Estado por esta venta. Una cifra que no se basa en ningún plan concreto y que los distintos expertos en medios de comunicación consideran perfectamente fantasiosa. El hecho es que la amenaza de una venta “repartida” es tomada en serio por los diversos sindicatos de medios de comunicación implicados que se han movilizado.
Una amenaza tomada en serio
Sophie Binet, la secretaria general del sindicato CGT, también lo mencionó cuando dio a sus miembros una instrucción de voto por primera vez: “Sabemos que un cierto número de jefes, empezando por Vincent Bolloré, estarán encantados de poder comprar y someter a Radio France y France Télévisions“. La sombra del empresario, poderoso jefe de Canal+, se cierne sobre las elecciones legislativas. Sus medios de comunicación C8, CNews, Europe 1 y Journal du Dimanche están haciendo campaña abiertamente por la “unión de la derecha” entre LR (tendencia Ciotti) y la extrema derecha (Agrupación Nacional y Reconquête).
El proyecto también preocupa a los medios privados, que temen tener que compartir con los nuevos actores una ganancia publicitaria que se ha estancado durante años. Los mercados financieros no se equivocaron: en los días posteriores a la disolución, los precios de las acciones de TF1 y M6 se desplomaron. Esto contrasta con lo que sucedió en 2008 cuando el presidente Nicolas Sarkozy anunció el fin de la publicidad nocturna en France Télévisions, que fue percibida en su momento como un regalo a su amigo Martin Bouygues, propietario de TF1, pero también, ya, a otro amigo del “padrino” de la derecha francesa: Vincent Bolloré, director de la agencia de publicidad Havas.
Una privatización, aunque sea parcial, de la radiodifusión pública en Francia sería una primicia en Europa, aunque RN no es el único en defender esta idea. En Argentina, el presidente ultraderechista Javier Milei también lo había incluido en su programa. En el Reino Unido, Boris Johnson, cuando era primer ministro, intentó vender el Canal 4 de la televisión pública, considerado hostil a los conservadores… antes de verse obligado a dimitir y abandonar el proyecto. Dentro de los medios públicos en Francia, la preocupación va más allá de la cuestión de la privatización.
“La extrema derecha siempre prefiere tomar el control de los medios públicos que desmantelarlos”
“La extrema derecha siempre prefiere tomar el control de los medios públicos, que son herramientas de comunicación extraordinarias, en lugar de desmantelarlos”, dijo a EURACTIV el historiador de los medios Alexis Lévrier. “Esto es lo que estamos viendo en Hungría e Italia”. En Roma, el Gobierno de Giorgia Meloni obligó recientemente a Rai a transmitir mensajes gubernamentales sin ninguna mediación periodística. Podríamos añadir el ejemplo de Polonia. Tras su victoria en las elecciones legislativas, una de las primeras medidas del nuevo primer ministro, Donald Tusk, fue despedir a toda la plantilla de la cadena pública, considerando que los ultraconservadores en el poder desde hacía 10 años la habían transformado en una herramienta de propaganda.
La amenaza es tanto más aguda cuanto que la extrema derecha podría tomar el poder en Francia en un momento en que los medios públicos son particularmente vulnerables. En 2022, Emmanuel Macron abolió la redevance, el impuesto que la financiaba y garantizaba su independencia financiera a largo plazo. Sin reemplazarlo. Un impuesto sobre el IVA compensa la pérdida de ingresos de los medios públicos, pero sólo hasta finales de 2024. Después de eso, se financiarán a capricho de los gobiernos de turno. El proyecto de ley sobre la fusión del sector público de la radiodifusión también tiene por objeto encontrar una nueva financiación sostenible. Pero el presidente francés disolvió la Asamblea Nacional antes de tomarse el tiempo para reparar una grieta que él mismo creó.
Source link