Reseña de La vida de Chuck: Mike Flanagan mezcla géneros con éxito en una emocionante adaptación de Stephen King [TIFF]

Reseña de La vida de Chuck: Mike Flanagan mezcla géneros con éxito en una emocionante adaptación de Stephen King [TIFF]

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La vida de Chuck es un cambio para Mike Flanagan, quien nos trajo proyectos de terror memorables como La maldición de Hill House A lo largo de los años, nos hemos acostumbrado a ciertas cosas gracias a la programación de Netflix del escritor y director, pero La vida de Chuckadaptada de la novela corta de Stephen King, subvierte esas expectativas. Con esta deliciosa y conmovedora fantasía dramática, Flanagan nos lleva a un mundo anclado en la vida del personaje principal. La película es conmovedora y significativa, con una apreciación por la vida que nos recuerda por qué la vivimos y cómo disfrutarla también.

La película es muy sincera y Chuck es alguien con quien uno se identifica, lo que hace que su viaje sea aún más maravilloso y triste. La vida de Chuck La película se divide en tres actos y comienza por el final. Marty Anderson (Chiwetel Ejiofor) es un profesor divorciado que se sorprende cuando empieza a notar carteles que dan las gracias a Chuck Krantz (Tom Hiddleston) por 39 maravillosos años. Su exmujer, Felicia (Karen Gillan), enfermera, está igualmente perpleja. Se sienten aún más extraños cuando empiezan a suceder cosas extrañas en la ciudad, como proyecciones de Chuck en las ventanas y monitores de hospital que emiten pitidos sin que nadie esté conectado a ellos.

La vida de Chuck es una montaña rusa de emociones

La película mezcla géneros para transmitir su mensaje.

Flanagan nos provoca con el fin del mundo, pero hay algo más en juego. El hecho de que La vida de Chuck El hecho de que la historia comience por el final en lugar de por el principio es crucial para la historia. Nos deja perplejos por lo que está sucediendo y con ganas de saber más sobre este escurridizo Chuck. Teniendo en cuenta el título de la película, se puede adivinar quién es el personaje principal en última instancia, y el drama, narrado por Nick Offerman, se desarrolla lentamente para darnos los detalles de la vida de Chuck. Incluso hay una alegre secuencia de baile con Hiddleston y Annalise Basso que aumenta la diversión de la película.

En varios momentos, los personajes sueltan ideas filosóficas sobre el cosmos y las matemáticas, mientras que el lugar de Chuck en el mundo nos recuerda lo pequeño y grande que puede parecer el universo a la vez. También tiene en cuenta el lugar que ocupa Chuck en él. Como Chuck puede ser un sustituto del público, el guion de Flanagan está estructurado de modo que sintamos una variedad de emociones a la vez. La vida de Chuck Oscila entre lo serio, lo oscuro y lo dulce, aunque nunca pierde de vista lo que intenta decir. Nos enamoramos del baile de Chuck, nos preocupamos por él después de que ocurre una tragedia y reflexionamos sobre sus decisiones.

Flanagan mantiene el entretenimiento, salpicando la película con algunas líneas y momentos divertidos. El guionista y director combina felizmente géneros (elementos de ciencia ficción y de terror están esparcidos por todas partes), lo que crea una experiencia visual caprichosa. Las preguntas sobre el universo le dan a la narrativa una profundidad monumental que me hizo pensar en ella horas después. Durante los dos actos siguientes, La vida de Chuck Se adentra en el drama y recorre la vida de Chuck de la misma manera en que se forman nuestros pensamientos: concentrados y dispersos. Esto es lo que le da a la película su encanto, especialmente cuando Chuck pasa de ser un contador serio a un bailarín atractivo.

La vida de Chuck
Oscila entre ser serio, oscuro y dulce, aunque nunca pierde de vista lo que intenta decir.

Empezando por el final, La vida de Chuck Nos permite apreciar lo que vino antes. Es una forma creativa de introducirnos en la parte más aterradora de la historia y sumergirnos en sus temas generales. Vale la pena volver a ver la película para descubrir los muchos detalles que oculta a simple vista, pero que pasamos por alto porque estamos viendo el panorama general. Flanagan de alguna manera logra equilibrar las realidades de la muerte con la euforia de la vida. Todo se derrumba, pero también hay una sensación envolvente de paz.

La vida de Chuck se eleva gracias a un elenco excelente

Con tantos hilos argumentales, el director potencia su película con la ayuda de un gran reparto, una mezcla de actores que son habituales en Flanagan (Rahul Kohli, Kate Siegel y Samantha Sloyan) y actores veteranos como Mark Hamill, que interpreta al abuelo de Chuck, Albie. Cada uno de ellos aporta algo memorable, aunque me sentí atraído sobre todo por Ejiofor y Gillan, que consiguen un par de momentos conmovedores. Hamill es genial como Albie, malhumorado y cariñoso, y Hiddleston infunde a Chuck asombro y melancolía. Como versiones más jóvenes de Chuck, Jacob Tremblay y Benjamin Pajak son carismáticos y llenos de vida.

Junto con las interpretaciones, la adaptación de Flanagan adquiere vida propia. Es sentimental en el mejor sentido y alegre a pesar de su núcleo sombrío. La vida de Chuck Nos pide que desechemos el miedo y la tristeza que tan a menudo sentimos con la muerte, y nos recuerda que debemos encontrar la alegría en la vida, incluso cuando es más caótica. Si bien la película puede ser un poco lenta a veces, abraza plenamente su lado dulce y tierno. Sincera y a menudo sabia, Flanagan encapsula la experiencia de la vida y le da un impulso de significado y una energía fantásticamente divertida.

La vida de Chuck Se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Toronto de 2024. La película tiene una duración de 110 minutos y aún no cuenta con calificación.


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