Mientras que la FCC y el Congreso elaboran nuevas reglas para (con suerte) desterrar las llamadas automáticas para siempre, hay algunas soluciones a corto plazo que pueden ayudar mientras tanto, y una puede llegar en unas pocas semanas. Una nueva propuesta de la FCC le permite a la agencia ir después de llamadas de estafa que se originan en el extranjero o usar otros métodos para evadir las leyes de suplantación de identidad existentes.
La regla no es exactamente nueva, ya que es un seguimiento de la Ley de Ray Baum, que se aprobó el año pasado y, entre otras cosas, amplió la Ley de Verdad en la Identificación de Llamadas.
Anteriormente, esta última ley prohibía la falsificación fraudulenta de números, una práctica que facilita mucho la llamada automática, pero solo se aplica a las llamadas que se originan en el país. Eso abrió una enorme brecha para los estafadores, a quienes no les faltan medios para hacer llamadas internacionales. La Ley de Ray Baum modifica esas reglas para prohibir específicamente la falsificación internacional, así como las técnicas de llamadas telefónicas que usan infraestructura moderna como VoIP.
Pero solo hacerlo ilegal no necesariamente hace posible que la FCC persiga a los delincuentes. Si no hay nada en las reglas oficiales de la agencia que formalice cómo se llevaría a cabo la ubicación y la acción contra aquellos que violan la nueva ley, no tiene poder para hacerlo. Para eso es esta nueva regla.
La propuesta del presidente Ajit Pai se hará pública más adelante esta semana y se votará en la reunión abierta de la FCC el 1 de agosto. Si se adopta, la agencia podría hacer lo que ha estado haciendo con los robocallers de los Estados Unidos, excepto en el extranjero.
Naturalmente, rastrear a los estafadores en un país extranjero, y tal vez no sea demasiado amistoso, es una bestia muy diferente a atrapar y multar a las operaciones domésticas. Un funcionario de la FCC en una llamada de prensa relacionada con las nuevas reglas calificó las operaciones como extremadamente complejas, con múltiples compañías fantasmas y sofisticadas técnicas de ofuscación. (La FTC ha encontrado dificultades similares.)
Pero muchos robocallers pueden haber estado operando hasta ahora con el supuesto justificado de que eran esencialmente inmunes a la persecución por parte de las autoridades de los Estados Unidos. Una vez que ya no se les garantiza la impunidad, se puede (se espera) que se considere un riesgo innecesario para continuar las operaciones, y algunos de los estafadores pueden cortar y correr con sus ganancias y pasar a otra cosa.
En cuanto a las soluciones a más largo plazo, los operadores están trabajando en la implementación de un nuevo sistema que bloquee de forma más exhaustiva las llamadas automáticas, aunque existe la preocupación de que no lo habiliten de forma predeterminada o que puedan cobrar por el servicio. El jueves se llevará a cabo una cumbre donde se evaluarán el progreso y las intenciones de la industria.
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