México vive una semana especialmente violenta para la prensa. Este viernes fue asesinado a balazos el periodista Jorge Ruiz, en el municipio de Actopan, en el Estado mexicano de Veracruz (sureste de México). El reportero, que trabajaba para El gráfico de Xalapa como corresponsal en esta localidad, ya había denunciado amenazas y había sido atacado en varias ocasiones. La Fiscalía local ha reconocido este sábado que las medidas de protección con las que debería haber contado el periodista, como escoltas, no se estaban aplicando. En 2018, México se convirtió en el país sin guerra más violento para la prensa, y en 2019 los asesinatos de profesionales de la información no cesan. La mañana de ese mismo día falleció tiroteado Édgar Nava, editor de La verdad de Zihuatanejo, y este martes fue también encontrado sin vida en el Estado de Morelos el director del portal Guerrero al instante. En apenas cuatro días se han cometido tres asesinatos contra informadores de los nueve que se han producido en lo que va de 2019, según la organización Artículo 19.
El asesinato de Ruiz, que trabajaba en uno de los diarios históricos de la capital de Veracruz, Xapala, se produjo en Actopan, a una hora en coche de esa ciudad. Las autoridades no han proporcionado más detalles de cómo sucedieron los hechos. En lo que coinciden los medios veracruzanos es en que no era la primera vez que Ruiz sufría una agresión. Su casa había sido al menos una vez atacada a balazos y había soportado diversas amenazas de muerte.
Tras este homicidio, el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, ha condenado “el cobarde asesinato” y ha prometido encontrar a los culpables. “Su asesinato no quedará impune. Desde hace horas seguimos en el operativo coordinado para lograr la captura de los culpables”, publicó el mandatario en su cuenta de Twitter pasada la medianoche del viernes. Sin embargo, las cifras dicen que la impunidad suele rodear las amenazas y las agresiones a periodistas. De las 1.140 investigaciones relacionadas con la libertad de prensa que se han emprendido en México entre el 2010 y el 2018 a nivel federal, solo un 0,83% han terminado en una sentencia condenatoria. Este sábado a medio día (hora local) no había ningún detenido.
Ese mismo viernes, horas antes, en el Estado de Guerrero (oeste) era tiroteado Édgar Navas, editor de La verdad de Zihuatanejo. El comunicador, que trabajaba como director de Espectáculos Públicos en el Ayuntamiento de esta localidad turística de la costa del Pacífico mexicano, recibió varios disparos sobre las 10.00 (hora local) en una playa. La Comisión Nacional de Derechos Humanos ha pedido que se investigue lo ocurrido “con especial atención a la posible relación con su labor periodística”. Además del asesinato de Ruiz y Navas, el pasado martes fue encontrado sin vida, en el maletero de un coche, Rogelio Barragán, director del portal de noticias Guerrero al instante. El cuerpo del periodista fue hallado en la localidad de Zacatepec, en el Estado de Morelos, vecino a Guerrero, donde trabajaba. Con ellos son nueve los periodistas asesinados en México este año especialmente cruel para la prensa. En poco más de siete meses, se han producido tantos homicidios contra informadores como en todo 2018.
La prensa local soporta la presión constante del crimen organizado. A ella pertenecen la mayor parte de los periodistas asesinados y recibe múltiples amenazas y ataques ante el intento de los grupos delictivos y gubernamentales por controlarla. De hecho, esta misma semana, un diario local de Chihuahua, El Monitor de Parral, decidió dejar de publicar información policial tras haber sido atacada el martes su sede con bombas molotov. “Yo quiero darle un mensaje a quienes hicieron esto de que no queremos enfrentarnos. Quiero que estas personas lo lean. No vamos a exigir nada”, contaba a este periódico su director, Jorge Salayandía tras el ataque.
La violencia que soportan los informadores ha hecho de México uno de los lugares más peligroso del mundo para ejercer el periodismo. Los nueve asesinatos que se produjeron en 2018 lo sitúan como el país más violento —de los que no viven un conflicto bélico— para los reporteros, según un informe de Reporteros sin fronteras. El pasado año el número de homicidios que se cometieron aquí solo fue superado en Afganistán (15) y en Siria (11). Y en 2017 se convirtió junto a este último en el más mortífero del mundo para la prensa. Desde el año 2000, 128 reporteros han sido asesinados en relación a su labor informativa en México. 2017 fue el año más violento para los informadores con 12 asesinatos. En los primeros siete meses de aquel año se produjeron ocho asesinatos, uno menos de los que se han cometido en lo que va de 2019.
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