¿Ganará AMLO la Batalla contra los Conservadores? | Artículo

Por Heinz Dieterich

1. El Orden de Batalla
Para responder a esta pregunta, en la efeméride del 209 aniversario de la Independencia de México, hay que recurrir a la ciencia militar. Por la simple razón, de que la praxis política está basada en la misma lógica estratégica, que la lucha armada y la economía de mercado. Tan es así, que podemos reformular dialécticamente al gran estratega Carl v. Clausewitz y decir, que la política y los negocios son la continuación de la guerra por otros medios. Olvidándonos, en consecuencia, de las bazofias con que los letrados de las “ciencias políticas” de nuestras universidades programan las cabezas de los jóvenes estudiantes –bazofias, que son 95% ideología y 5% ciencia–, sólo quedan dos modelos analíticos serios para entender lo político: el “orden de batalla” (OB) de las ciencias militares y “el mercado” de la crematística capitalista. Utilizaremos para este análisis el OB de las ciencias militares.

2. Orden de Batalla y 4ta Transformación
El Orden de Batalla se refiere a la identificación de todos los factores, que determinan el poder de combate de las fuerzas enemigas y las propias. Cuando se realiza ese diagnóstico con rigor científico, se revelan los cursos de acción posibles y se alcanza pronosticar de manera probabilística, cuál de los contendientes triunfará. El Orden de Batalla como herramienta analítica-operativa racional, es la clave para el éxito de la praxis humana. Y lo es para todas las relaciones sociales básicas, que configuran la matriz bio-social de su existencia: la bélica, la económica, la cultural y la política. No disponer de esa herramienta en lo estratégico y táctico significa, que no se puede triunfar.

En las ciencias militares, el Orden de Batalla abarca generalmente nueve factores, para determinar la correlación de fuerzas entre los adversarios y el plan de operaciones necesario para vencer. Sin embargo, en el diagnóstico del status quo de la 4ta Transformación, hay que analizar catorce variables, si se quiere construir la métrica del triunfo y la via regis para alcanzarlo. En este artículo, por razones de espacio, nos ocupamos sólo de cinco de esas variables: 1. Estado y megaproyectos; 2. El partido gobernante; 3. El Congreso; 4. La concientización y organización de masas; 5. La interfase comunicativa oficial.

3. Guerra de Reforma, Siglo 21
La 4ta Transformación es, sin duda alguna, la repetición de la Guerra de Reforma (1858-61) en las condiciones del Siglo 21. Por eso, con mucha razón, Andrés Manuel López Obrador, invoca constantemente ese parangón del pasado. La Guerra de 1858-61 la ganaron los reformadores (Juaristas) contra los conservadores anti-patrias. ¿Qué desenlace habrá en este déjà vu del Siglo 21? Analizando con el Orden de Batalla la fuerza de los antagonistas, hay varios escenarios preocupantemente graves, por ejemplo, las elecciones federales del 2021 o un golpe blando tipo Brasil, y una posibilidad estructural de triunfar. Esa posibilidad reside, en que el líder y las fuerzas progresistas logren dar un salto cualitativo en el comportamiento del actual sistema de liderazgo y gobernanza, a la mayor brevedad posible. Se necesita, en una analogía de la física, un cambio de fase de la 4ta Transformación, para convertirla de un conductor (de masas) con enormes resistencias internas en un supraconductor, para evitar la derrota.

4. Cinco batallas, dos generales
La posible derrota resulta de la ofensiva asimétrica de los conservadores y la deficiente defensa de los liberales: la contrarrevolución conservador se realiza simultáneamente en cinco frentes de guerra, mientras que sólo uno de estos frentes es defendido adecuadamente. Para ser más claro. La 4ta Transformación combate en cinco campos de batalla, pero sólo tiene dos generales. Peor aún, estos generales luchan en el mismo frente. Los frentes restantes están siendo comandados por sargentos, improvisados o simplemente abandonados a su destino. En esta constelación, la guerra no se puede ganar.

5. Generales napoleónicos
El primer campo de batalla ante la embestida reaccionaria es la eficientización del Estado y la implementación de los megaproyectos económicos. En este teatro de operaciones se empeñan dos generales de tipo napoleónico, con suficientes tropas y parque para defender el plan de operaciones y las líneas de abasto de los reformadores. Los generales referidos son, obviamente, Andrés Manuel López Obrador y Carlos Slim Helú, con sus fuerzas operativas capaces de salvaguardar el plan de operaciones concebido.

6. Morena, tribalismo y balcanización
El segundo teatro de operaciones, donde la guerra se dirime, es el partido y la alianza electoral de Morena. Ante la negativa del presidente de intervenir en la dinámica evolutiva de Morena, ese partido-alianza actúa en sus estratos superiores y medios esencialmente como una (frágil) confederación tribalista, con una dinámica semi-caótica, sin visión estratégica –más allá del hueso– en proceso incremental de fragmentación y sin trabajo con las masas. La advertencia del presidente de retirarse de Morena, sin embargo, no resuelve el problema. Al contrario, serviría como catalizador para los congresistas venales, el virrey emergente del Senado y las crecientes tendencias balcanizadoras del país, que reavivan el separatismo histórico del Sureste (Yucatán) y del Norte (República de Rio Grande y de México del Norte).

Tendencias separatistas, vistas con buenos ojos por el Imperio, son promovidas en el sureste por las nomenclaturas “zapatistas” y en el norte por el gobernador de Chihuahua, Javier Corral: “Los gobernadores deberíamos de tomar más en serio este momento delicado del país…hay que pensar en la posibilidad de si no se modifican estas reglas (apoyo económico-HD), descoordinárnos de la Federación, los estados que podamos hacerlo en función de nuestro propio Producto Interno Bruto y nuestras propias capacidades económicas y productivas”.

Sería un error, echar esa crítica de Corral en saco roto. No hay duda, que existe un excesivo centralismo abstracto y tecnocrático federal, que no considera adecuadamente las necesidades y poderes de algunas regiones, entidades y gobernadores, como muestra el incomprensible tratamiento federal de la crisis agrícola en Durango, que puede alejar los votos de la población, que se requieren para la batalla decisiva del 2021. Se entiende, que hay que cuidar a la deuda externa y los inversionistas globales. Pero, es muy delicado, descuidar los escalones medianos y bajos del poder y de la pirámide social nacional. Las fuertes derrotas electorales en las capitales de los estados de Durango y Puebla, en los comicios de mediados del año 2018, son una clara advertencia sobre la delicada dialéctica del poder, entre lo federal y lo local.

7. El dilema partidista de AMLO
La inexistencia de un poderoso sujeto colectivo nacionalista e integrador, como fueron el PRI y el liberalismo mexicano durante muchas décadas, con una convincente narrativa patriótica, una elaborada organización y logística nacional y claras reglas de jerarquía y sucesión, es preocupante. Sin embargo, pedirle al presidente que encabezca el necesario proceso de saneamiento del Partido, tampoco tiene mucho sentido, porque una persona no puede trabajar más de 20 horas al día. Y un general no puede combatir en varios frentes al mismo tiempo. Es imprescindible, por lo tanto, que los gobernadores progresistas asuman la batalla de los cinco frentes como suya, para ayudar al General en su Laberinto, y que los jóvenes patriotas dentro y fuera de Morena se autoorganicen; independientemente de las burocracias existentes, que parecen incapaces de crear sujetos líderes con la visión estratégica, programática y audacia, que el momento requiere. La gran contribución del presidente a esa dinámica sería, que apoyara tal “Campaña de las Cien Flores” (Zhou Enlai), o sea, la creación de una dinámica de múltiples polos de vanguardia, que –al lado del Estado reformador– serían la via regis para el triunfo del proyecto.

8. El Congreso y la sombra de Brasil
El tercer campo de batalla de la Guerra de Reforma 21, son las dos cámaras legislativas, donde la 4ta Transformación requiere de una sólida mayoría para modernizar la normatividad jurídica vigente, que en muchos aspectos imposibilita el avance del nuevo proyecto. Tal es el caso de la Ley de Amparo, que es el principal obstáculo para erradicar la corrupción sistémica y modernizar la economía. De este campo de batalla no hay buenas noticias, porque la emergencia de un Virrey en el Senado, al igual que las derrotas de Porfirio Muñoz Ledo y Martí Batres en la estructura formal conductora del Congreso, hacen recordar la fragilidad de las mayorías legislativas en el parlamentarismo burgués. Y, también, las penumbras de Bolsonaro y Macri, quienes hicieron trizas del Espíritu de las Leyes de Montesquieu, para liquidar al Ejecutivo, mediante una maligna alianza entre el Legislativo y la Judicativa. Provocar un cortocircuito parlamentario-judicial, para acabar con la 4ta Transformación, es uno de los mayores peligros para el proceso, aún antes de la crucial votación del 2021.

9. Sin trabajo de masas
El cuarto campo de contienda que es necesario mencionar, es la ausencia de un trabajo serio, sistemático y permanente con las mayorías, para aumentar su nivel de conciencia política y el apoyo al proceso. El Partido generó el Instituto de Formación Política, que según su blog, quiere ser una “escuela de alto nivel político”, con un propio “aparato de difusión”, o sea, “Aparato de Propaganda” –horrible y anacrónico lenguaje reificado de 1920 con toque althusserliano, para los jóvenes mexicanos de 2020– y un trabajo urbi et orbi. Pero ya se han perdido casi doce meses irrecuperables en la tarea de concientización de los ciudadanos y nada hace pensar, que, cuando finalmente comience a funcionar, sea un instrumento a la altura del desafío nacional. Sería mucho optimismo, por ejemplo, pensar que este Instituto, pudiera rescatar a la juventud universitaria, que está sólidamente atrapada por las ideologías de una casta dorada intocable.

10. Sin interfase comunicativa eficiente
Finalmente, la batalla de la comunicación, the battle for hearts and minds, tiene un solo general, que es Amlo en La Mañanera. La Mañanera le da al presidente la iniciativa de comunicación cotidiana. Pero, después de las 09 horas de la mañana se interrumpe la interacción con lasas. Se abre una moratoria de diez a doce horas, que los adversarios del proceso aprovechan para preparar la propaganda anti-Amlo, que en los noticieros estelares de la noche golpea incesantemente, para neutralizar el impacto, que Amlo logró en la mañana. Es incomprensible, que el gobierno, pese a la apertura de TV Azteca, no haya implementado una plataforma como The Five en el horario informativo estalar de la noche, para defender democráticamente la hegemonía política, construida en La Mañanera. La preocupante verdad es, que a casi un año de la comunicación pública del gobierno, el formato escogido originalmente no ha evolucionado. Salvo, por supuesto, que la reapertura de la regadera del financiamiento público, que de nuevo despacha su maná a las mal llamadas medios “de comunicación”, ya se considere una nueva política comunicacional del Estado.

11. Mucho Presidente, para tan miserable equipo
“Desafortunadamente veo día a día el ineficiente equipo que rodea al Presidente y la manera como lo engañan. Es mucho Presidente para tan miserable equipo”, me dijo recientemente un amigo del Olimpo. Sin duda hay gente talentosa y entregada en el modelo de Amlo, pero en términos generales, me parece irrefutable la afirmación del amigo. Es un problema que he encontrado en los entornos burocráticos de todos los presidentes latinoamericanos, con los que he trabajado. Se trata de un problema sistémico con componentes objetivos (carácter fractal de la realidad) y subjetivos, que tiene una sola solución, semejante al problema del sistema mundial: una gobernanza multipolar. El presidente como centro de gravitación del sistema, apoyado críticamente por los principales polos de poder del Estado (partidos, Congreso, Legislativo, Judicial, gobernadores, alcaldes) y de la sociedad civil (trabajadores, empleados, clases medias, sindicatos, estudiantes, centros de pensamiento estratégico, etc.). Garantizado el flujo simétrico de información, recursos y poder entre esos nodos del sistema, se optimiza la eficiencia y capacidad evolutiva del país.

12. La Luz de la Esperanza
Pese a ese panorama preocupante, la luz de la esperanza, del Sí se puede, finalmente apareció en los recientes festejos de la Independencia. Una magnifica organización de los dos días del evento; una impecable coreografía y estética; una democrática, pero férrea demostración del poder del Estado, con su Comandante en Jefe como el puente y símbolo de la Alianza Pueblo-Estado; la inquebrantable lealtad del pueblo mexicano a su líder y su fervor patriótico, todos estos son los ingredientes para vencer a los conservadores y los oportunistas y burócratas saboteadores. Para dar, en una palabra, el salto cualitativo o cambio de fase a la 4ta Transformación, que se requiere para repetir la victoria juarista de la Guerra de Reforma.
¡Gloria al Pueblo mexicano, su líder y su 4ta Transformación!

Heinz Dieterich

Sociólogo, analista político, teórico marxista, asesor de Hugo Chávez, autor del “Socialismo del Siglo XXI” y más de 30 libros sobre la conflictos latinoamericanos. Nacido en Rotemburgo del Wumme, Alemania, y actualmente investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana, en la Ciudad de México.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.




Source link