La creencia de que desayunar es bueno para controlar el peso está muy extendida, pero no hay pruebas sólidas de que ello ni de que saltarse la considerada “comida más importante del día” conduzca a engordar, según un estudio publicado hoy en la revista British Medical Journal (BMJ).
Un equipo de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia) analizó el efecto de desayunar regularmente sobre el cambio de peso y la ingesta diaria de energía, basándose en las evidencias de 13 ensayos controlados aleatorios realizados principalmente en EEUU y el Reino Unido durante los últimos 28 años.
Los participantes eran tomadores habituales y no habituales de desayuno con diferentes pesos que se controlaron en un rango de entre 24 horas y 16 semanas.
Los investigadores descubrieron que la ingesta diaria total de energía fue mayor en aquellos que tomaron el desayuno que en quienes se lo saltaron, con un promedio de 260 calorías más.
Además, los que optaron por no desayunar eran en promedio casi una libra más flacos que los otros.
Por otro lado, el efecto del desayuno no difirió entre las personas con un peso normal y aquellas que tenían sobrepeso.
Debido a la calidad variable de los estudios incluidos, los hallazgos de esta investigación deben interpretarse con cautela, pero sus autores aseguran que actualmente la evidencia disponible no apoya modificar dietas en adultos para incluir la toma del desayuno como una buena estrategia para perder peso.
Aunque desayunar regularmente puede tener otros beneficios importantes, se debe tener cuidado al recomendarlo a los adultos como método para adelgazar, ya que puede provocar el efecto contrario, según este estudio.
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