La verdad y la justicia siguen siendo grandes pendientes del gobierno de AMLO (Artículo)

Por @dayan_jacobo

La agenda de seguridad, verdad, justicia, búsqueda y reparación ha sido abandonada. La lista es larga.

Recientemente, el Comité de Derechos Humanos de la ONU emitió sus observaciones sobre el informe periódico de México. En él establece que “el Estado debe alejarse de un enfoque militarizado de las fuerzas del orden”. Por más que el gobierno insista en el carácter civil de la seguridad, esto no es cierto. El modelo militarizado no es la solución. AMLO lo afirmó en campaña y luego cambió de opinión. La discusión no es cuánta fuerza se requiere sino cuánto Estado se requiere para enfrentar la violencia demencial que vivimos.

La verdad y la justicia siguen siendo grandes pendientes. No se ha establecido la Comisión de la Verdad que requiere el país y los índices de impunidad continúan siendo casi absolutos. El sistema ordinario de justicia está colapsado. Se requiere un mecanismo extraordinario con acompañamiento internacional.

La búsqueda de desaparecidos no cuenta ni con los recursos ni con el personal necesario. Desde abril de 2018 no se publican cifras actualizadas de desaparecidos. El Estado no sabe ni cuántos, ni a quiénes busca.

El día de ayer, organizaciones de derechos humanos presentaron un diagnóstico en materia de reparación ante la Comisión Interamericana de derechos Humanos. En palabras de estas organizaciones, la situación es desoladora. Desde hace 5 meses la CEAV no tiene titular y esto no ha sido prioridad del legislativo. No hay mecanismos de articulación con instituciones de gobierno (educación, salud, vivienda, trabajo, etc.). Las disculpas públicas si no van acompañadas de verdad y justicia, no son reparación sino actos simbólicos huecos. El Sistema Nacional de Atención a Víctimas no sesiona. Sigue sin haber programas administrativos de reparación, lo que hace muy lento el proceso, y en ocasiones imposible. Las comisiones estatales de atención a víctimas siguen sin personal y recursos suficientes. Las reparaciones colectivas siguen siendo pocas y complicadas de obtener. La lista de problemas podría seguir.

En días recientes tenemos malas noticias en materia de derechos humanos: una propuesta de amnistías mal planteada, la posposición de la despenalización de la mariguana y un nombramiento turbio, propio de los peores años del priismo, de la nueva titular de la CNDH.

En resumen, el Estado mexicano no se ha hecho responsable, ni lo hace ahora, de reparar a las víctimas. Ni de garantizar verdad y justicia. Ni de buscar a los desaparecidos. Ni de detener la violencia. La agenda de justicia transicional fue abandonada. Lo que tenemos son políticas que apuntan en otro sentido, no articuladas, incongruentes y sin una visión integral. ¿Hasta cuándo?

Jacobo Dayán

Especialista en derechos humanos y analista internacional. Fue Director de contenidos del Museo Memoria y Tolerancia de la ciudad de México.

*La opinión aquí vertida es responsabilidad de quien firma y no necesariamente representa la postura editorial de Aristegui Noticias.




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