Con un momento de silencio, oraciones y protestas contra las plantas nucleares, Japón lloró el jueves a las cerca de 20 mil víctimas del poderoso terremoto y tsunami que golpearon al país hace 10 años, destruyendo ciudades y provocando una fusión nuclear en Fukushima.
Enormes olas provocadas por un terremoto de magnitud 9.0, uno de los más poderosos de los que se tiene registro, azotaron la corte noreste, paralizando a la planta de energía Fukushima Dai-ichi y obligando a más de 160 mil residentes a escapar debido a una fuga de radiación.
El peor desastre nuclear del mundo desde Chernóbil y el terremoto han dejado a los sobrevivientes luchando por superar el dolor de perder a familiares y ciudades, debido a las olas en unas pocas horas de la tarde del 11 de marzo de 2011.
A unos 50 kilómetros al sur de la planta, en la ciudad costera de Iwaki, que desde entonces se ha convertido en el centro de los trabajadores a cargo del desmantelamiento de la planta nuclear, Atsushi Niizuma le oró a su madre, muerta en el tsunami.
“Quiero decirle a mi madre que mis hijos, que eran todos cercanos a ella, están bien. Vine aquí para agradecerle que nuestra familia está viviendo segura“, dijo Niizuma, de 47 años y dueño de un restaurante.
Antes de partir hacia el trabajo, silenciosamente presentó sus respetos ante un monumento de piedra en un santuario junto al mar con tallas del nombre de su madre, Mitsuko, y otras 65 personas que perecieron en el desastre.
El día del terremoto, Mitsuko estaba cuidando a sus hijos. Los niños se apresuraron a entrar en un auto, pero Mitsuko fue arrastrada por las olas cuando regresó a la casa para tomar sus pertenencias. Tardaron un mes en encontrar su cuerpo, dijo Niizuma.
El santuario de Akiba se ha convertido en un símbolo de resistencia para los sobrevivientes, ya que apenas fue dañado por el tsunami mientras que las casas cercanas fueron arrasadas o quemadas.
Cerca de dos docenas de vecinos se reunieron con Niizuma para decorarlo con grullas de papel, flores y pañuelos amarillos con mensajes de esperanza enviados por estudiantes de todo el país.
“Hace 10 años estaba lloviendo y hacía frío. El frío siempre me trae a la memoria lo que sucedió ese día“, dijo Hiroko Ishikawa, de 62 años.
“Pero con el sol en mi espalda hoy, nos sentimos más relajados. Es como si el sol nos dijera ‘Está bien, ¿por qué no vas a hablar con todos los que regresaron a visitar su ciudad natal?’”, agregó.
Recordando a los muertos
A las 14:46 hora local, momento exacto en que ocurrió el terremoto hace una década, el emperador Naruhito y su esposa guardaron un momento de silencio para honrar a los muertos en una ceremonia conmemorativa en Tokio. Se llevaron a cabo oraciones en silencio en todo el país.
El primer ministro Yoshihide Suga dijo en la ceremonia conmemorativa que aún era imposible contemplar la pérdida de vidas.
“Es insoportable cuando pienso en los sentimientos de todos aquellos que perdieron a sus seres queridos y amigos”, dijo Suga, vestido con un traje negro.
En la ceremonia, a la que asistieron el emperador y el primer ministro, las personas usaron mascarillas, mantuvieron la sana distancia y no cantaron cuando sonó el himno nacional para evitar la propagación del coronavirus.
El gobierno japonés ha gastado alrededor de 300 mil millones de dólares (32.1 billones de yenes) para reconstruir la región, pero las áreas alrededor de la planta de Fukushima siguen cerradas, las preocupaciones sobre los niveles de radiación persisten y muchos de los que se fueron se han asentado en otros lugares.
Unas 40 mil personas siguen desplazadas por el desastre.
Japón debate nuevamente el papel de la energía nuclear en su red eléctrica, ya que el país apunta a lograr la neutralidad neta de carbono para 2050 para combatir el calentamiento global. No obstante, una encuesta del canal de televisión público NHK mostró que el 85% de las personas están preocupadas por los accidentes nucleares.
Las manifestaciones masivas contra la energía nuclear vistas a raíz del 11 de marzo han menguado, pero la desconfianza persiste. Algunos manifestantes realizaron una manifestación antinuclear frente a la sede del operador de la planta Tokyo Electric Power el jueves por la noche.
(Reuters)
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