Mikayla Stutchbery, de 24 años, ha estado a punto de quedarse ciega por un aumento de labios. La joven acudió a una clínica estética para aumentar el volumen de sus labios, pero inmediatamente después de la inyección sintió que algo no iba bien.
Tal y como ella misma explica, la zona alrededor de los labios empezó a hincharse y a tomar un color blanquecino. Además, a Mikayla Stutchbery le costaba mucho hablar ya que era incapaz de mover los labios.
La joven volvió a la clínica estética en la que le habían hecho el relleno. Allí le dijeron que lo que le sucedía nada tenía que ver con el tratamiento, y que se trataba de un herpes o de una infección por el lametón de un perro.
Sin embargo, ella no se quedó conforme con la explicación ya que nunca en su vida había tenido un herpes labial. Mikayla Stutchbery recuerda el dolor y la aparición de ampollas. Poco tiempo después, las ampollas estallaron, se tragó el relleno y se desmayó.
Fue entonces cuando acudió al médico, quien le recetó antibióticos. Mikayla Stutchbery estuvo de baja 15 días ya que era alérgica a estos medicamentos, y fue despedida del trabajo.
Mark Ashton, expresidente de la Sociedad Australiana de Cirujanos Plásticos, explica que el problema se produjo porque el relleno se le inyectó en las arterias que irrigan el labio superior. A raíz de esto la joven podía haberse quedado ciega ya que el relleno causó la muerte del tejido.
A pesar de las evidencias médicas, la clínica continúa rechazando las acusaciones de Stuchbery. Según fuentes cercanas, no hay ninguna prueba de que el tratamiento de aumento de labios haya sido el causante de la infección.
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