Nadie nunca imaginaría lo que podría generar la cantante Taylor Swift y es que, cuando se trata de sacudirse, sus fans hacen todo lo posible.
La sismóloga del estado de Washington, Jackie Caplan-Auerbach, examinó los datos de ondas sísmicas de una estación ubicada en las afueras de Lumen Field en Seattle, donde Swift realizó conciertos el 22 y 23 de julio como parte de su gira Eras, reportó E! News.
La actividad en el estadio en esas noches provocó una actividad sísmica equivalente a un terremoto de magnitud 2.3 le dijo Caplan-Auerbach a CNN.
“Para Taylor Swift, recopilé alrededor de 10 horas de datos donde el ritmo controlaba el comportamiento”, expresó. “La música, los altavoces, el ritmo. Toda esa energía puede hundirse en el suelo y sacudirlo”, explicó.
Fue en respuesta a una consulta en un grupo de terremotos del Noroeste del Pacífico que modera en Facebook por el que la sismóloga realizó el análisis.
El Lumen Field tiene una capacidad para aproximadamente 70,000 personas.
En comparación con “Beast Quake” de 2011, cuando los fanáticos respondieron con entusiasmo a un touchdown del corredor Marshawn “Beast Mode” Lynch, hubo un claro ganador.
“Diré que Swifties lo tiene en la bolsa”, dijo Caplan Auerbach a King 5 News, afiliada de Seattle NBC.
“Esto fue mucho más grande que el Beast Quake en términos de la amplitud bruta de la sacudida y duró mucho más, por supuesto, el Beast Quake fue un momento en el tiempo, pero hasta ahora los Swifties realmente han superado a los fanáticos de los Seahawks”, agregó.
Sin embargo, señaló en Twitter que “los datos del concierto pueden no ser causados por los fanáticos, sino por el sistema de sonido”.
“Estuve en la actuación del domingo”, escribió un usuario en Facebook. “¡Ese estadio realmente se estremeció! ¡Definitivamente se sintió como un terremoto! El tono de bajo era tan intenso que se sentía como si estuviera atravesando mi cuerpo… suena extraño, pero así es como se sintió. Los conciertos siempre son ruidosos, pero este fue diferente .”
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