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Achraf, el regreso de un extraño


El gol de Eden Hazard, el más esperado de un madridista, tuvo un aire de retomar el hilo donde lo había dejado 392 días antes. Aquella otra tarde de sábado, 5 de octubre de 2019, con más de 70.000 personas en las gradas del Bernabéu, un paisaje que hoy parece de otro mundo, Fede Valverde persiguió la pelota de rebote en rebote entre jugadores del Granada y se la dejó al belga, que la picó por encima del portero y anotó el que hasta este sábado era su único gol con el Madrid en la Liga. Este sábado, en el Di Stéfano, en una jugada más limpia, también recibió de Valverde. Con el control, se dio la vuelta, eliminó al debutante Nwakali, se la acomodó con la derecha, y lo siguiente ya fue un zurdazo desde más de veinte metros que viajó alejándose del portero hasta la red.

Mientras sus compañeros acudían a echarle encima la alegría del desahogo que suponía aquel gol, Hazard permaneció aparentemente impasible. Todavía va muy retrasado respecto de los goles que su contratación anunciaba. Después del encuentro, su expresión se parecía más a la de sus compañeros: “Estoy feliz de estar de vuelta en el campo. Marqué un gol precioso. Es para vosotros. Espero veros pronto”, dijo muy sonriente en un breve vídeo publicado en las redes sociales del club, destinado a sus aficionados. Y terminó guiñando un ojo.

Poco después se extendió algo más: “Estoy cansado, pero para eso estoy aquí. Quiero jugar más partidos. La forma llega con más partidos y tenemos otro en dos o tres días [el martes contra el Inter en la Champions]. Estoy muy contento, y me alegro por los madridistas, que se merecían esta victoria. Recibo el pase de Valverde y disparo fuerte. Es un golazo que me da una confianza extra”, dijo. También estaba contento Butragueño: “Lo de Hazard es magnífico. Lo vimos en el primer gol. Da una idea de la categoría del jugador del que estamos hablando. Ha tenido mala suerte desde que llegó con las lesiones. Ojalá podamos con él de manera continuada porque marca la diferencia”.

Zidane también se quedó “contento por su partido”, pero bajo su alegría por la recuperación del belga, latía al mismo tiempo cierta amargura por las críticas recibidas a raíz de los malos resultados contra el Cádiz, el Shakhtar y el Gladbach. “El partido no ha sido perfecto, pero son cuatro goles. Siempre se habla cuando no marcamos, cuando no jugamos bien…”, se reivindicó. “Como la situación es un poco rara, necesitamos muchas, muchas energías entre nosotros. Porque lo de fuera, pero de verdad, lo de fuera no ayuda”, lamentó.

Desde fuera, había interés por palpar las energías entre Benzema y Vinicius después de las críticas del francés a su compañero de ataque. Cuando Hazard dejó su sitio al brasileño en el campo, aún quedaba media hora por delante para comprobarlo. Vinicius trató de resolverlo por la vía rápida. Enseguida robó un balón en su campo, se lanzó a la carrera perseguido por Siovas, y al llegar al área puso un centro atrás que casi alcanza Benzema para convertirlo en la foto del abrazo. El partido siguió su curso, con la naturalidad de los pases previstos entre ellos y varios gritos para corregir la posición del brasileño. “¡Vuelta, Vini, vuelta!”, le pedía Zidane poco antes del gol del Huesca. “¡Vini, patrás!”, le pedía Marcelo en un lance en el que se veía que varios rivales estaban a punto de caerle encima por su zona, entonces desierta.

La foto, si acaso, pudo tomarse con todo ya vencido. Benzema anotó el 4-1 y allí acudió Vinicius a felicitarle. Era el segundo del 9, que esta vez se quedó casi tan serio como Hazard tras su gol. Siguió avanzando, mirando al frente, mientras el brasileño le abrazaba de forma fugaz.

“Después de los dos partidos de la semana pasada, donde pusimos muchas energías, hay que estar contentos. Sabemos que lo podemos hacer mejor y es lo que vamos a intentar hacer”, dijo Zidane con la visita del Inter ya asomando en el horizonte.


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