COLOMBO, Sri Lanka — El presidente Gotabaya Rajapaksa de Sri Lanka huyó del país el miércoles, según cuatro funcionarios, después de meses de manifestaciones exigiendo que dejara el cargo que culminaron con manifestantes que asaltaron su residencia oficial en Colombo, la capital.
El Sr. Rajapaksa partió en un avión de la Fuerza Aérea hacia las Maldivas alrededor de las 2 am hora local, dijo el coronel Nalin Herath, portavoz del Ministerio de Defensa de Sri Lanka. Tres funcionarios de inmigración, que se negaron a ser identificados dada la situación política, también confirmaron su partida.
La nación insular está experimentando la peor crisis económica de su historia, exacerbada por la mala gestión y los pasos en falso del gobierno. Las protestas por la grave escasez de alimentos, medicinas y combustible han durado meses. Rajapaksa pasó a la clandestinidad después de que los manifestantes tomaron su oficina y residencia el sábado y le dijeron a sus aliados que renunciaba.
El primer ministro del país, Ranil Wickremesinghe, había sugerido el sábado que también renunciaría, pero parecía quedarse. Los manifestantes también habían estado exigiendo su renuncia.
Al confirmarse la salida del señor Rajapaksa del país, Mahinda Yapa Abeywardena, el presidente del parlamento, dijo en una entrevista telefónica que aún no había recibido la carta de renuncia del presidente, que oficializaría el final de su presidencia.
El Sr. Rajapaksa, de 73 años, militar de carrera, sería el último miembro de la dinastía de su familia en dejar el gobierno. En mayo, Mahinda Rajapaksa, el primer ministro y hermano mayor del presidente, fue obligado a dejar el cargo por las protestas. El ministro de finanzas, Basil Rajapaksa, otro hermano y varios otros miembros de la familia también fueron destituidos de sus cargos.
La escasez de combustible ha alterado la vida cotidiana en Sri Lanka durante meses, y el primer ministro declaró que el país está esencialmente en bancarrota y sin reservas de divisas para importaciones esenciales. Los precios de los alimentos y las medicinas se han disparado, los cortes de energía se han convertido en la norma y el transporte público a menudo se suspende para apuntalar el suministro de combustible.
La transición a un nuevo gobierno ahora pone el foco en un parlamento que ha frustrado durante mucho tiempo a la nación isleña de 22 millones, con legisladores y partidos políticos involucrados en peleas prolongadas y desordenadas por posiciones de poder. Para complicar las cosas, el partido gobernante leal a los Rajapaksas todavía mantiene la mayoría de los escaños.
La constitución de Sri Lanka es clara sobre la sucesión. En caso de renuncia de un presidente, el primer ministro asume sus funciones con carácter interino. Luego, los procedimientos pasan al Parlamento, donde los legisladores votan por un nuevo presidente de entre ellos para completar el mandato. Al mandato del Sr. Rajapaksa le quedaban dos años.
Cuando los manifestantes tomaron Colombo esta semana, incluso los conceptos básicos de una transición han sido inciertos, porque Wickremesinghe también dijo que renunciaría después de que los manifestantes irrumpieron en sus oficinas y lo obligaron a esconderse.
Pero dado que el Sr. Wickremesinghe no ha presentado oficialmente su renuncia, lo más probable es que se convierta en presidente interino. Los legisladores de la oposición dijeron que el parlamento se reuniría el viernes, lo que abriría el proceso para elegir un nuevo presidente que, técnicamente, podría completarse en cuestión de una semana.
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