Lo que debes saber
- Una pareja de Lakewood enfrenta cargos por poner en peligro el bienestar de sus hijos al tener una fiesta a la cual asistieron decenas de personas
- La pareja y otras personas a través del estado desafiaron las órdenes del gobernador Phil Murphy
- El mandato que prohibe las reuniones en el estado es un intento para frenar la propagación del COVID-19
NUEVA JERSEY — Una pareja de Lakewood enfrenta cargos por poner en peligro el bienestar de sus hijos al tener una fiesta a la cual asistieron docenas de personas, desafiando las órdenes del estado que prohibe las reuniones en un intento por frenar la propagación del COVID-19.
La fiesta es el caso más reciente de un número de reuniones en Lakewood en las últimas dos semanas a pesar de las órdenes del gobernador Phil Murphy de prohibir tales eventos y ordenar el distanciamiento social.
Ese desafío reiterado ha llevado a múltiples amenazas antisemitas contra la gran comunidad judía ortodoxa de Lakewood, una de las más grandes del estado.
La policía de Lakewood y los fiscales del condado de Ocean informaron que Eliezer Silber, de 37 años, y Miriam Silber, de 34, llevaron a cabo una reunión de 40 a 50 personas en el patio y la calle frente a su casa el domingo. Se desconoce la razón por la reunión.
La policía dispersó a la multitud y acusó a los Silbers de cinco cargos de poner en peligro el bienestar de un niño, un cargo por cada uno de sus cinco hijos que estaba en el hogar.
“Mi oficina procesará a cualquier persona que desafíe o viole la ley, el estado de emergencia o de otra manera. Todos deben respetar y cumplir la ley ”, dijo el fiscal del condado de Ocean, Bradley Billhimer, en un comunicado.
Las policias locales están rompiendo numerosas fiestas que están tomando lugar a través del estado, desafiando las claras instrucciones del gobernador Phil Murphy que prohibe las reuniones.
Después de que la policía pusiera fin a una fiesta en Ewing el sábado, Murphy, indignado, mandó un mensaje fuerte y claro a través de su Twitter.
El gobernador dijo que el estado no dudaría en “nombrar y avergonzar” a cualquiera que desafiara las órdenes de distanciamiento social, ni la policía dudaría en ponerles cargos.