Los gobiernos de Finlandia y Suecia tienen claro que con su posible adhesión a la OTAN “hay un gran riesgo” de una escalada de las tensiones en la región, advirtió Laura Zamudio, profesora e investigadora del Departamento de Estudios Internacionales de la Universidad Iberoamericana.
Durante una entrevista con Aristegui en Vivo, la especialista consideró que “las cosas se han calentado” mucho a raíz de la decisión adoptada por ambos gobiernos nórdicos. Consideró que se trata de una “decisión muy importante, pues cambia todo el panorama geopolítico y el panorama organizacional de la OTAN”.
“Me parece que no tienen más opción, no es que tuvieran mucho margen de maniobra”, dijo, al recordar que los dos países han tratado de mantener una política más pragmática a lo largo de su historia, de no alineamiento.
“Y, sin embargo, la situación fue complicándose”, mencionó respecto del cambio en el escenario de seguridad. Sin embargo, consideró que ambos países lo están haciendo en un momento en el que cuentan con el respaldo de la opinión pública nacional. Puso como ejemplos el espaldarazo del 70 por ciento de la población de Finlandia y el 60 por ciento de la de Suecia, según las encuestas.
La especialista se refirió al contexto de la guerra de Rusia con Ucrania y al renacimiento de la solidaridad europea para fortalecer la seguridad del continente.
Sin embargo, recordó que la decisión de Suecia y Finlandia está enmarcada en el “riesgo de que el peligro de los rusos pueda seguir escalando”. En su opinión, no se dará esta escalada y precisamente el despliegue de la OTAN en el Báltico pretende acotarla.
“La OTAN tiene centros de comando en el Báltico desde 2014, tiene fuerzas de reacción rápida para crisis en Bulgaria, Estonia, Letonia y Lituania. Ya hay una presencia de la OTAN desde que comenzó la crisis de Crimea. Se incrementaron las fuerzas de la OTAN en el Báltico y ahora se planea también mayor vigilancia en el mar Báltico y patrullar los cielos. Entonces eso ya está allí”, comentó.
“La OTAN ya está allí y puede seguir incrementando esa presencia en la zona del Báltico. Lo que resulta un poco difícil es pensar que puedan reaccionar como alianza militar y actuar conforme al artículo 5 de la alianza para para defender a Suecia y Finlandia en caso de un ataque”, apuntó, al tiempo que señaló que sin duda la Alianza podría incrementar su vigilancia, como ha estado haciendo.
Zamudio comentó que el proceso de adhesión a la OTAN es largo, ya que luego de que el ingreso se solicita formalmente, sigue un plan que define una serie de condiciones de ingreso. El plan debe ser ratificado por los 30 parlamentos de los países miembro, lo que demora varios meses.
La académica apuntó que Finlandia ya trabajaba con la OTAN en un esquema de colaboración desde 2014, llamado “asociación para la paz”, cuando aún no se definía con claridad cuál debería ser el proceso a seguir.
“Una vez qué se disolvió el bloque soviético fueron varios años de crisis de la identidad de la Alianza, en el sentido de si debían de ampliarse hacia el oeste para incorporar a las repúblicas soviéticas”, si debería desaparecer o buscar otras actividades como la lucha contra el terrorismo o expandir su zona geográfica de acción.
“Entonces, toda esta discusión de cuál era la razón de ser de la Alianza después de la desintegración del bloque soviético de la URSS llevó a la creación de esquemas de cooperación como este de la ‘asociación para la paz’ en donde los países participan con la OTAN, comparten información, analizan información sensible, participan en operaciones de paz, tienen ejercicios para el acoplamiento internacional de los ejércitos y llevan a cabo un proceso de cooperación secuenciado, sin que sean miembros formales de la organización y sin que sean beneficiarios del artículo 5, que sería el que los defienda ‘ipso facto’ ante un ataque armado”, abundó la especialista.
Ve la entrevista completa:
Source link