Las medidas de seguridad se incrementaron en el aeropuerto internacional Simón Bolívar de Maiquetía desde el lunes 29 de julio.
Ese día, en particular, una protesta en las vías internas del principal aeropuerto de Venezuela, que sirve a la ciudad de Caracas, contra el anuncio del Consejo Nacional Electoral (CNE), que otorgó el triunfo de la elección presidencial a Nicolás Maduro, evidenció la vulnerabilidad del recinto aéreo.
«Desde ese día hubo una movida en las coordinaciones de seguridad de Maiquetía. Había mucha gente protestando. Menos mal que no dañaron la estructura. Pero la protesta aumentó el número de funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin) y de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim), vestidos de civil. Están por todo el aeropuerto de Maiquetía. Tienen en la mira a trabajadores aéreos y a los pasajeros, especialmente a los que tengan alguna relación o acción que los enfrenta al gobierno del presidente Maduro», explica una fuente interna, quien solicita reserva de su identidad por temor a una detención arbitraria.
Los viajeros en la mira de los cuerpos de seguridad y migración serían periodistas, activistas y políticos, de acuerdo con el informante.
«Que sepamos, no hay una lista como tal, pero hay personas que ya vienen marcadas de arriba. Otros prenden las alarmas aquí porque vuelan a algún país que está en disputa con Venezuela o van a actividades que se consideran subversivas. Estamos en un momento difícil para el Gobierno», agrega la fuente.
Lo dicho coincide con la práctica reciente. El sábado 3 de agosto, el defensor de derechos LGBTIQ+ Yendri Velásquez fue detenido en el aeropuerto de Maiquetía. Velásquez viajaba al comité interracial en Ginebra, invitado por la Organización de Naciones Unidas (ONU). En migración se le anunció que su pasaporte estaba anulado y quedó privado de libertad e incomunicado por seis horas. Posteriormente, las autoridades lo liberaron.
Así mismo, este domingo, 4 de agosto, se reportó el caso de la profesora universitaria y trabajadora humanitaria Edni López, quien viajaba desde Caracas hacia Buenos Aires. Desde las 10:00 a.m. su familia perdió comunicación con ella. López haría un recorrido de turismo a la ciudad austral. A la 1:00 p.m. de este lunes, aún se desconocía su paradero.
Las fuentes consultadas aseguran que las normas de seguridad extremas no solo perjudican a los pasajeros, sino a los propios trabajadores aeronáuticos.
«Esta semana ha habido movimientos en operaciones, seguridad, migración y en el caso de los empleados del Instituto Nacional de Aeronáutica Civil (INAC) redoblado la seguridad en torre de control y en las instalaciones de las operaciones de Búsqueda y Rescate (SAR, por sus siglas en inglés) Maiquetía», acota otra fuente aeronáutica, que tampoco desea ser identificada.
Por ahora, la vigilancia de los accesos del principal aeropuerto nacional han sido redobladas y la presencia de funcionarios de seguridad en las áreas públicas también, la mayoría de civil y simulando ser otros pasajeros.
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