Al menos 13 personas han muerto en el incendio de una discoteca en la ciudad rusa de Kostromá, en la orilla del Volga, a unos 340 kilómetros al noreste de Moscú. El fuego se desató entrada la noche del viernes en el local, Poligón, del que pudieron ser evacuadas más de 250 personas a tiempo, según los servicios de emergencias. La principal tesis de la investigación apunta al uso ilegal de una pistola de bengalas durante una pelea dentro del edificio, que quedó totalmente destruido.
Los bomberos recibieron una alerta a las 2.37 de la mañana y la tragedia podría haber sido mayor. Según relataron varios supervivientes a la prensa rusa, solo tres salidas de emergencia estaban abiertas en el momento del suceso y otras cuatro permanecían cerradas con llave, pero una de las personas atrapadas, Andréi Kuzmin, de 40 años, logró derribar una de estas barreras.
“La versión principal del suceso es el uso ilegal de pirotecnia como una forma de autodefensa excesiva durante un enfrentamiento. Uno de los participantes pudo recurrir a una pistola de señales en aquel momento y pudo provocar el incendio”, explicó la Fiscalía. Las agencias de noticias rusas informaron en la mañana del sábado de 15 fallecidos, pero el Ministerio de Interior rebajó después la cifra a 13.
El presunto responsable de la tragedia ha sido detenido. Según un comunicado de Interior ruso, las fuerzas de seguridad “han identificado y arrestado a un sospechoso”, que ha sido puesto a disposición de las autoridades que investigan el caso. Justo antes del incendio se produjo una pelea masiva entre los clientes del bar, aunque el diario Baza también señala que durante la noche se empleó material pirotécnico en la pista de baile durante la celebración de un cumpleaños.
“Después del lanzamiento de la bengala, los elementos decorativos del techo se incendiaron y el fuego se propagó a toda velocidad. El recinto comenzó a llenarse de humo y las salidas de emergencias eran poco visibles. Se desató el pánico y se produjo una estampida”, agregó otra fuente de emergencias a la agencia de noticias Tass.
Las llamas envolvieron todo el edificio y provocaron el derrumbamiento del techo. Según los servicios de seguridad, que tardaron más de dos horas en extinguir el fuego, este se extendió por más de 3.000 metros cuadrados. Las autoridades locales evacuaron un edificio residencial cercano por precaución. Además de los muertos, cinco personas resultaron heridas pero no necesitaron ser trasladadas al hospital.
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El Comité de Investigación ruso, un organismo que ejerce funciones de Fiscalía y realiza las pesquisas de todo tipo de sucesos, abrió sendos casos penales por la muerte por negligencia de dos o más personas y por negligencia en la prestación de servicios sin cumplir los requisitos de seguridad.
El dueño del establecimiento, Ijtíyar Mirzóyev es un diputado local del partido de Putin, Rusia Unida, y ha prometido todo el respaldo posible a los seres cercanos de los fallecidos. “Proporcionaré toda la asistencia que necesiten las familias y amigos de las víctimas. Les brindaré apoyo financiero y organizativo”, afirmó en un comunicado público en el que también presentó sus condolencias.
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