Al menos 22 migrantes han muerto, entre ellos, 16 mujeres y un menor, y decenas se encuentran desaparecidos después de que dos embarcaciones naufragaran durante la noche de este miércoles en el mar Egeo, frente a las costas griegas, según han informado medios locales.
El primer hundimiento tuvo lugar alrededor de las 21.00 hora local (una hora más en la España peninsular), cuando una embarcación con cerca de un centenar de migrantes se estrelló contra las rocas, a una milla náutica del puerto de la localidad griega de Diakofti, en la isla de Cítera. Aunque la cifra final de víctimas mortales todavía no ha sido confirmada —el último informe de la guardia costera menciona a tres fallecidos—, el alcalde de Cítera, Stratos Jarjalakis, ha asegurado en declaraciones a la cadena privada Skai que cinco personas “murieron” frente a él, mientras que 80 han sido rescatadas, entre ellas, 18 menores, 7 mujeres y 55 hombres.
Según el relato del regidor, la embarcación fue arrastrada por las olas hasta estamparse contra las rocas, en medio de fuertes vientos de hasta 100 kilómetros por hora, según recoge el portal Kythera News, y con olas de entre 15 y 20 metros de altura. “La ola se los llevó y desaparecieron en cinco segundos”, añadió. Al menos una decena de personas continúa desaparecida, según los testimonios de los rescatados.
Impresionantes imágenes difundidas por los guardacostas mostraban a náufragos al pie de un acantilado de la isla de Cítera, tratando de escapar de las grandes olas que venían a estrellarse contra la roca, mientras los rescatistas, colocados en la oscuridad en lo alto del acantilado, los izaban uno a uno con maquinaria especializada. Algunos de los migrantes pudieron llegar a tierra a nado, y un operativo combinado de buques, bomberos y policías en tierra logró encontrar a 80 personas originarias de Irán, Irak y Afganistán. Once de las personas salvadas están hospitalizadas, mientras que el resto han sido alojadas de forma provisional en un aula escolar.
Vecinos y personal de emergencias, durante el rescate de migrantes en la isla de Cítera. Ippolytos Prekas (AP)
El segundo naufragio ha tenido lugar cerca de la isla de Lesbos tras el hundimiento de una embarcación en la que, según las primeras informaciones, iban a bordo unas 40 personas, al parecer, todas mujeres y niños africanos. Las autoridades han contabilizado hasta el momento 17 muertes y han informado del rescate de 10 tripulantes, según el diario Ethnos. El portavoz de la Guardia Costera de Grecia, Nikos Kokkalas, ha señalado en declaraciones a la cadena pública de televisión ERT que todas las supervivientes son mujeres jóvenes, en la veintena, de origen africano, y que habían partido desde la costa turca. Las autoridades no han podido identificar sus países de origen, ya que, según el portavoz, las supervivientes estaban en estado de shock y no podían hablar.
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SuscríbeteLlamamiento a Turquía
El ministro de Migración de Grecia, Notis Mitarakis, ha lanzado en Twitter un “llamamiento urgente” a Turquía, para pedirle que tome “acciones inmediatas” para detener el flujo migratorio, en un momento con “malas condiciones meteorológicas en la zona”. “Ya se han perdido demasiadas vidas en el Egeo. La gente se ahoga en barcos que no son aptos para navegar”, ha añadido el ministro, que ha reclamado a la Unión Europea que tome medidas.
Más directo fue el ministro de Transporte Marítimo y Política Insular, Yannis Plakiotakis, que culpó indirectamente a Turquía de los naufragios y en un comunicado aseguró que “una vez más, la tolerancia de Turquía hacia las redes de traficantes sin escrúpulos ha costado vidas humanas… Turquía debe respetar su acuerdo con la Unión Europea. Mientras no lo haga, pondrá vidas en peligro”.
El primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, han coincidido este jueves en Praga en la primera reunión del foro Comunidad Política Europea, que aglutina a países de la UE con otros socios del continente, aunque no hay previsto ningún encuentro bilateral entre ambos.
Antes de los naufragios de este jueves, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) ya tenía confirmada la muerte de más de 230 personas en la zona este del Mediterráneo. Unos 2.100 migrantes y refugiados han perecido en esta área desde el año 2014.
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