Al menos 30 migrantes están en paradero desconocido después de que la embarcación con la que habían partido de las costas libias naufragara este domingo en la zona de salvamento que corresponde a las autoridades de ese país magrebí. La barca volcó a unas 110 millas —177 kilómetros— al noroeste de la ciudad libia de Bengasi, cuando un buque mercante trataba de rescatar a los migrantes en medio de grandes olas. Solo 17 de ellos pudieron ser salvados, según un comunicado de la Guardia Costera italiana. El texto precisa que la operación de búsqueda de los desaparecidos prosigue por parte de buques mercantes y de dos aviones de Frontex, la agencia europea para el control de las fronteras. Este nuevo suceso ha ocurrido solo dos semanas después de que al menos 79 migrantes murieran a poco más de 100 metros de las costas de la localidad italiana de Steccato di Cutro, en Calabria.
Alarm Phone, una red de activistas que reciben las llamadas de las barcazas que se encuentran en peligro en el Mediterráneo Central, había denunciado por la mañana el naufragio de la embarcación y acusado en un tuit a las autoridades italianas de no intervenir, a pesar de que habían sido informadas de que los migrantes estaban en peligro en la madrugada de este sábado. La organización pidió entonces un rescate inmediato que, de acuerdo con su versión, no se produjo.
“Estamos en estado de shock. Según diferentes fuentes, decenas de personas de este barco en apuros se han ahogado”, recalcaba el tuit, que acusaba a las autoridades italianas de haber retrasado deliberadamente el rescate, “dejándolos morir”.
⚫ Siamo scioccate. Secondo diverse fonti, decine di persone di questa barca sono annegate. Dalle h 2.28, dell’11 marzo, le autorità erano informate dell’urgenza e della situazione di pericolo. Le autorità italiane hanno ritardato deliberatamente i soccorsi, lasciandole morire. https://t.co/iUWFgeYmRD
— Alarm Phone (@alarm_phone) March 12, 2023
En su comunicado de este domingo, la Guardia Costera Italiana recalcaba que la barca se encontraba en zona de búsqueda y rescate de Libia y señalaba cómo había registrado “la inactividad de los otros Centros Nacionales de Coordinación y Salvamento Marítimo involucrados en el área” en referencia a Libia y Malta.
El texto explicaba luego que el buque mercante Basilis L informó de que tenía la embarcación a la vista, que estaba a la deriva, y que tenía dificultades para rescatarlos debido a las adversas condiciones meteorológicas. El comunicado de la Guardia Costera asegura que las autoridades libias, responsables de las actividades de búsqueda y salvamento en esa zona no disponían de medios navales, por lo que solicitaron el apoyo del Centro Nacional de Coordinación de Salvamento Marítimo de Roma, tal y como exigen los convenios internacionales de salvamento marítimo.
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Roma, siempre según el comunicado, envió inmediatamente un mensaje de emergencia vía satélite a todos los buques en tránsito para que acudieran a la zona donde finalmente naufragó la embarcación en la que viajaban al menos 47 personas.
Alarm Phone confirmó que las autoridades italianas habían dado instrucciones a los buques mercantes presentes en esa área para que acudieran al rescate de la barcaza, pero sostiene que estos se limitaron a observar durante 24 horas, como se recoge en un vídeo tomado por una avioneta de otra ONG de rescate, Sea Watch. La grabación muestra a la barcaza en grandes dificultades debido al fuerte oleaje y a los buques mercantes tratando de protegerla de las olas pero sin intervenir.
Este nuevo naufragio se produce poco después de la tragedia del pasado 26 de febrero frente a las costas de Cutro, en Calabria, en el sur de Italia, en la que murieron al menos 79 migrantes, muchos de ellos afganos, sirios e iraníes, cuando el viejo pesquero de madera en el que habían partido días antes desde Turquía, se hundió a poco más de cien metros de la costa. Este suceso ha motivado la apertura de una investigación para aclarar las posibles responsabilidades de la Guardia Costera italiana, que no intervino a pesar de que Frontex señaló la presencia del barco.
Otra ONG de rescate, Mediterranea Saving Humans, criticó este domingo que, “a pocos días del naufragio de Cutro, nos encontramos ante un nuevo caso dramático de no asistencia y retraso en el rescate de personas en peligro en el mar”, y añadió: “Se debe hacer todo lo posible de inmediato para recuperar a los desaparecidos y a los supervivientes”.
Por su parte, la nueva secretaria del opositor Partido Demócrata (PD), Elly Schlein, aludió al suceso durante una asamblea que se está celebrando este domingo en Roma. “Me llegan noticias de un nuevo naufragio, en el que habrían muerto más personas, frente a las costas de Libia. Parece que este barco pidió ayuda y le dijeron que se pusiera en contacto con los guardacostas libios. Es una desgracia para Italia y para Europa, no podemos seguir viendo el Mediterráneo reducido a un gran cementerio al aire libre. Por eso pido un minuto de silencio”, dijo Schlein.
En los últimos cinco días, cerca de 4.000 migrantes han llegado a las costas italianas. El ministro de Exteriores, Antonio Tajani, afirmó, en una entrevista radiofónica, que “la situación es preocupante. Europa debe darse cuenta”. Desde principios de 2023, han llegado a las costas italianas 17.592 migrantes, el triple que en el mismo período del año pasado (5.976).
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