Cuando estaba saliendo con éxito de la pandemia gracias a la vacunación masiva, una tragedia ha conmocionado Israel en la madrugada del viernes (hora local). Al menos 44 personas han muerto y decenas han resultado heridas durante la celebración del Lag Baomer, la festividad judía del fuego, en el monte Meron (norte del país), al producirse una avalancha humana tras un aparente estallido de pánico en un lugar en el que se hacinaban decenas de miles de ultraortodoxos judíos. Se trataba del acontecimiento más multitudinario que se desarrollaba en el país desde marzo del año pasado, cuando se declaró la crisis sanitaria mundial, a pesar de las limitaciones de aforo de 10.000 asistentes que habían impuesto las autoridades.
El servicio médico de la Estrella de David Roja informó de que los cuerpos de los peregrinos se amontonaban tras la estampida. La ceremonia tiene su foco en torno a la tumba del reverenciado rabino Simon Bar Yochai, un místico del siglo II, y se desarrolla durante toda la noche en medio de hogueras conmemorativas. La aglomeración humana dificultó las tareas de auxilio y rescate. Las ambulancias apenas podían llegar al lugar del accidente para evacuar a los heridos, muchos de los cuales tuvieron que ser traslados en helicóptero a distintos hospitales del país.
Fotogalería: El caos en la celebración de una festividad religiosa masiva en Israel deja decenas de muertos
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, lamentó a través de Twitter el “enorme desastre” ocurrido durante la peregrinación religiosa. “Rezamos para que se recuperen pronto los heridos”, dijo el jefe del Gobierno. Después de haber vacunado completamente a más de la mitad de su población, Israel ha regresado a una normalidad parecida a la que vivía antes de la pandemia. El Gobierno ha autorizado actos masivos culturales, deportivos y religiosos en los que pueden participar quienes cuenten con certificado de vacunación.
La comunidad ultrarreligiosa judía representa en Israel un 12% de sus 9,3 millones de habitantes, aunque su pujanza demográfica, con familias muy numerosas, hace prever que alcanzará un 30% en 2030. El modelo de coexistencia entre la mayoría judía laica y religiosa moderada y la minoría ultraortodoxa se ha resquebrajado durante la pandemia de la covid-19. Los jaredíes o “temerosos de Dios” han acumulado más de una tercera parte de los contagios, mientras la tasa de infecciones se disparaba por su empeño en participar en actos religiosos masivos sin guardar distancia de seguridad ni observar medidas de protección.
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