Las fuerzas de seguridad de Myanmar volvieron a utilizar fuego real para dispersar este jueves a los manifestantes que reclaman el fin de la junta militar, evidencia de una represión que se ha saldado con al menos siete fallecidos, seis de ellos en la localidad de Myaing, situada en el centro del país.
La Policía recurrió en Myaing a las balas en pleno enfrentamiento con un grupo de manifestantes, contra los que dispararon a escasa distancia, ha asegurado un testigo citado por el portal Myanmar Now. Una de las víctimas recibió un disparo en la cabeza y las edades de toda ellas oscilan entre los 30 y los 36 años, según las fuentes consultadas por este medio.
Otro testigo explicó a la agencia DPA que “la Policía reprimió a los manifestantes primero con gas lacrimógeno y pelotas de goma y luego disparó fuego real […] Ahora , seis personas han muerto, entre ellas uno de mis amigos”, lamentó.
A estas seis víctimas se sumaría una séptima en el municipio de Dagon Norte, en la zona este de Rangún. Según un testigo consultado por DPA, Kyaw Kyaw Win, “más de cien manifestantes” se habían concentrado en esta zona, donde finalmente una persona ha muerto tiroteada y al menos dos más han resultado heridas.
“En la primera línea de la protesta había manifestantes con escudos caseros. Dispararon contra ellos directamente”, explicó.
La ONU cifró el martes en al menos 67 las personas fallecidas durante las protestas desatadas tras el golpe de Estado del 1 de febrero, que supuso la caída del Gobierno liderado por Aung San Suu Kyi. La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP, por sus siglas en inglés) estima que más de 1.900 personas han sido detenidas en este periodo.
La junta militar, sin embargo, permanece ajena a las incesantes críticas internacionales y a la movilización interna y se ciñe a su plan de gobernar el país al menos durante un año. Alega que era necesario tomar el poder por el supuesto fraude de las elecciones de noviembre, en las que se impuso la Liga Nacional por la Democracia de Suu Kyi.
Las actuales autoridades anunciaron este jueves que dejarán de considerar como grupo terrorista al Ejército de Arakán, de vertiente separatista y activo en Rajine. Revierte así una decisión adoptada por el anterior Gobierno, que había incluido al grupo en la lista negra tras la intensificación de los ataques contra las Fuerzas Armadas.
La junta, que reiteró su voluntad de lograr una paz a nivel nacional, alega que el Ejército de Arakán ya no puede ser considerado terrorista porque ha dejado de perpetrar ataques, según el portal de noticias independiente The Irrawaddy.
(Europa Press)
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