“Enigma is back on the road. Choose your own path” (“Enigma vuelve a la carretera. Elige tu propio camino”). Con este mensaje ha anunciado Albert Adrià en sus redes sociales la reapertura de su restaurante de Barcelona, Enigma Concept, el próximo mes de junio. Enigma Concept lucía una estrella Michelin y cerró en 2020 víctima de la pandemia, al igual que los otros establecimientos de elBarri, un conjunto gastronómico que brillaba con creatividad en la capital catalana.
Esta buena noticia para el panorama culinario, recibida con entusiasmo por sus colegas, supone la reactivación empresarial de uno de los cocineros más geniales del panorama nacional e internacional, artífice con su hermano Ferran Adrià del rupturista e influyente elBulli.
Más información
Enigma, de diseño futurista y espectacular a cargo del estudio RCR (premio Pritzker de arquitectura 2017), era el proyecto más audaz y más vinculado a la identidad bulliniana de Albert Adrià (L’Hospitalet, 1969). Desde que abrió sus puertas en 2017 en el barrio barcelonés de Eixample, el restaurante ofrecía en sus diferentes y misteriosos rincones un viaje sensorial en el que los comensales experimentaban cada vez un menú sorpresa de texturas, sabores y aromas. Del hielo al toque de fuego, con bocados audaces y cócteles seductores, la experiencia solo podía describirse como enigmática, como el nombre del lugar. Y en esta misma intriga mantiene el chef el futuro contenido del Enigma que empezará a rodar en verano. “No puedo decir nada hasta finales de abril tras la reunión con el equipo”, dice cauteloso Adrià, quien se encuentra fuera de España, en declaraciones a este periódico, “de Enigma solo tendrá el nombre, es todo lo que te puedo decir”.
Enigma formaba parte de “un parque temático gastronómico”, en palabras del chef, llamado elBarri, compuesto por cinco restaurantes más ubicados en la zona barcelonesa del Paralelo: Tickets, los mexicanos Hoja Santa y Niño Viejo, el japoperuano Pakta, y la vermutería Bodega 1900. Todos ellos conceptos de Adrià. Enigma es al 100% propiedad del chef, mientras que los otros eran una aventura conjunta con los hermanos Iglesias, grupo barcelonés propietario de unas conocidas marisquerías. La alianza de diez años se rompió en 2021 por los efectos económicos de la pandemia. Tickets se ha reflotado con el nombre de Teatro y los jefes de cocina del equipo de Adrià han emprendido otros caminos. El cocinero de Hoja Santa (primer restaurante mexicano de Barcelona con estrella Michelin) Paco Méndez, ha estrenado en el lugar su proyecto Come.
El cierre de sus restaurantes no ha mantenido inactivo a Albert Adrià. “Hemos hecho 20.000 cosas”, reconoce. Ha ejecutado diversos proyectos con firmas alimentarias, entre ellos un turrón de patatas fritas y una colección de tartas de alta gama para Lykke, la pastelería de Europastry. Ha realizado una colaboración de comida para la estación espacial internacional con el chef José Andrés, con quien los hermanos Adrià montaron en Nueva York el Mercado Little Spain. Ha resucitado platos históricos de su carrera en complicidad con Dom Pérignon. Ha publicado los libros Vegetales a todo color y Candy, presentado recientemente en Madrid Fusión Pastry, y que es un destilado de la cocina dulce creada en los restaurantes de elBarri a largo de toda una década. Y en la línea dulce con la que brillaba en elBulli, quien fue declarado Mejor Pastelero del Mundo en 2015 por The World’s 50 Best mantiene en alza su espacio londinense Cakes and Bubbles.
Pero el proyecto postpandemia de Albert Adrià que más ha impactado ha sido su aterrizaje en París reclamado por Alain Ducasse. ADMO nació frente a la Torre Eiffel en noviembre de 2021 como un restaurante efímero de 100 días y ha supuesto una productiva alianza entre viejos rivales: la gastronomía francesa y la española.