Ícono del sitio La Neta Neta

Alberto Fernández llama al peronismo a trabajar unido para las presidenciales de 2023


Nadie celebra las derrotas como los peronistas. Tres días después de las elecciones legislativas en las que el oficialismo perdió por casi nueve puntos frente a la oposición, decenas de miles de militantes se movilizaron a la Plaza de Mayo, frente a la Casa Rosada en Buenos Aires, para expresar su apoyo a Alberto Fernández en un clima de fiesta. El presidente dejó claro que hay que mirar hacia adelante, hacia las presidenciales de 2023, y llamó a los suyos a trabajar unidos los próximos dos años para lograr un “triunfo rotundo”.

“Hoy es un día oportuno para que demos inicio a la segunda etapa de nuestro Gobierno y empecemos con toda nuestra fuerza a levantar lo que haya que levantar en Argentina”, dijo Fernández ante la multitud que se movilizó con motivo del día de la Militancia, fecha que recuerda el regreso a Argentina desde el exilio del tres veces presidente Juan Domingo Perón en 1972. El clima de celebración estaba a tono con la reacción exhibida por el Gobierno ante los resultados electorales. “En estos días venimos escuchando una pregunta repetida: ‘Si perdieron, ¿qué celebran?’. Nunca olviden que el triunfo no es vencer sino nunca darse por vencido”, dijo Fernández.

El acto había sido convocado por los sindicatos la semana pasada, cuando el peronismo preveía una catástrofe en las urnas como la sufrida en las elecciones primarias de septiembre. La oposición ganó con claridad, pero el oficialismo recortó la diferencia a poco más de un punto en el principal distrito del país, la provincia de Buenos Aires. Fernández se aferró a esa remontada la noche electoral y volvió a hacerlo este miércoles para relanzar su gestión ante los grandes desafíos pendientes. Entre ellos está la recuperación económica, la batalla contra la inflación y la reestructuración de la deuda contraída por su predecesor, Mauricio Macri, con el Fondo Monetario Internacional.

“Nos quedan muchas batallas por dar, terminar con el problema de la deuda, enfrentar a los formadores de precios, no podemos vivir en un país donde algunos ganen tanto y millones se caigan en la pobreza. Necesitamos que ese crecimiento llegue a cada rincón de la patria”, manifestó el presidente. “Quiero comprometerme a que concentraré todo mi esfuerzo para que la economía funcione al 100% y el trabajo genuino nazca”, agregó.

El Gobierno ha salido debilitado de las urnas y deberá pactar con la oposición cada nuevo proyecto en el Congreso. A partir del 10 de diciembre, cuando asuman los legisladores electos, en la Cámara de Diputados el gobernante Frente de Todos contará con 118 diputados, tan solo dos más que el opositor Juntos por el Cambio. En el Senado, presidido por la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, el peronismo perderá la posibilidad de imponer su propia agenda.

Silencio de la vicepresidenta

La gran ausente del acto fue la vicepresidenta, operada en la recta final de la campaña. Fernández de Kirchner tampoco estuvo el domingo en el búnker electoral ni se ha expresado públicamente sobre los resultados. Su actitud es por ahora muy distinta a la que adoptó tras las primarias, cuando se enfrentó a través de una carta pública al presidente y le impuso un cambio de Gabinete al que él se resistía. Esta tarde, los militantes de La Cámpora, la organización política encabezada por su hijo, Máximo Kirchner, permanecieron alejados del centro de la escena hasta última hora, cuando ya se había ido el presidente.

Fernández alentó a la coalición a permanecer unida y dirimir sus diferencias de cara a las presidenciales a través de elecciones primarias. “Tenemos que hacer lo necesario para que en 2023 aseguramos un triunfo rotundo”, reclamó Fernández. La unión del peronismo dependerá mucho de si el presidente logra despejar o no los nubarrones en el horizonte.

Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.




Source link

Salir de la versión móvil