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Albin Kurti, primer ministro de Kosovo: “La falta de acuerdo con Serbia hace que Rusia intente extender la guerra en los Balcanes”

EL PAÍS

El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti (Prístina, 47 años), despacha en el segundo piso de un edificio gubernamental de 13 plantas que en la antigua Yugoslavia pertenecía a un banco. Tanto la oficina de Kurti como el barrio que la alberga en la capital, Prístina, reflejan la modestia de un país de 1,8 millones de habitantes, que se separó de Serbia tras la intervención de la OTAN contra Belgrado en la guerra de 1998-1999 y que declaró su independencia unilateral en 2008. Desde entonces, el despliegue de miles de soldados de la OTAN ha sido indispensable para mantener la paz. Y lo está siendo especialmente en las últimas semanas. Kurti, veterano dirigente socialdemócrata, llegó al poder en marzo de 2021 al frente del izquierdista Autodeterminación. Ahora navega por uno de los momentos más delicados en la convulsa historia de Kosovo.

En julio, las autoridades exigieron que los residentes de Kosovo que aún usaran matrículas serbias en sus vehículos las cambiaran a las kosovares. La minoría serbokosovar —el 10% de la población, pero mayoritaria en el norte del país— se opuso a la medida y se montaron barricadas en torno a los puestos fronterizos. Alcaldes, concejales y funcionarios de la minoría serbia abandonaron sus puestos en noviembre; las autoridades de Prístina convocaron elecciones locales para diciembre. Y la oficina de la comisión electoral de Mitrovica Norte fue atacada. Un policía serbokosovar fue acusado de la acción violenta y su arresto provocó el levantamiento de barricadas en la ciudad durante tres semanas. El delicado hilo de la paz se sigue sosteniendo gracias a los esfuerzos de la comunidad internacional y a la presencia de 4.000 soldados de la OTAN en el país.

El primer ministro insiste en que el futuro de Kosovo está en la Unión Europea. Y cree que Bruselas debería fomentar el acuerdo entre Prístina y Belgrado para que Rusia no aproveche la tensión e intente extender la guerra de Ucrania a los Balcanes.

Pregunta. ¿Cuál ha sido el detonante de las últimas tensiones en el norte de Kosovo?

Respuesta. El Consejo de Seguridad Nacional de Belgrado, incluido el presidente de Serbia [Aleksandar Vucic], rechazó el 27 de octubre la propuesta de la Unión Europea para un acuerdo de normalización entre Kosovo y Serbia. La propuesta estaba apoyada por Francia, Alemania y Estados Unidos, y para empaquetar estos rechazos empezaron a dimitir de nuestras instituciones. Y después vinieron las barricadas. El origen de las tensiones es que ellos [Serbia] rechazaron la propuesta de la UE. Porque tienen, por un lado, un enfoque brutalmente oportunista de la guerra de Ucrania. Están consiguiendo el gas más barato proveniente de Rusia, mientras aguardan los resultados de la guerra. Por el otro lado, están esperando a ver si hay un cambio de Administración en Estados Unidos, que les favorezca a ellos, con las elecciones de 2024. Estos dos elementos son muy importantes para comprender por qué Serbia no está interesada en lograr acuerdos y no quiere la normalización de las relaciones.

P. El pasado fin de semana, en la ciudad de Strpce, un soldado kosovar de paisano disparó contra dos serbokosovares, de 21 y 11 años, que resultaron heridos. Miles de serbokosovares se han manifestado pidiendo al presidente de Serbia que les proteja.

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R. Yo condené con dureza el ataque de forma inmediata y clara. Está muy bien que esa persona se encuentre ahora en manos de la justicia. Ciertos políticos de la Lista Serbia [partido mayoritario entre la minoría serbia de Kosovo] intentan politizar el incidente y convertirlo en una cuestión para que Belgrado ejerza más poder. Esto es una manipulación del caso.

P. Ahora hay un vacío de autoridad en el norte de Kosovo, después de que decenas de policías y funcionarios judiciales renunciasen a sus puestos. ¿Cómo garantiza el servicio público en esa zona?

R. Hemos abierto oposiciones para quien quiera optar a esos puestos. Y hemos enviado policías al norte. Los edificios no están vacíos. Hay policías kosovares, el Estado está funcionando. Pero yo no puedo pedirles que vuelvan los policías que tiraron sus uniformes y sus placas. Porque sus acciones no fueron correctas. Sin embargo, he convocado un concurso público. Y no excluyo a los que se marcharon, cualquiera puede presentarse. No tengo ninguna intención de sustituir a los serbios por albaneses y quiero que los serbios estén representados. He invitado a todos los serbios que cumplen con los criterios [de selección] a presentarse a las plazas vacantes; especialmente a los que no tuvieron oportunidad en el pasado, debido a que la Lista Serbia a menudo supeditaba el empleo a la pertenencia al partido.

P. Usted insiste en que el futuro de Kosovo pasa por su ingreso en la UE. Pero ese ingreso no se producirá mientras no haya un acuerdo con Serbia.

R. Kosovo y la UE han firmado un acuerdo de estabilización. Así que nuestro camino hacia la UE no depende de Serbia. Depende más bien del trabajo que hacemos en casa. Yo quiero construir la UE desde dentro. Hemos presentado nuestra candidatura el 15 de diciembre. El proceso más importante de paz y prosperidad en todo el planeta desde la II Guerra Mundial es la UE. Y yo quiero contribuir a él. Pero necesito ayuda.

P. ¿Hasta dónde estaría dispuesto a ceder para alcanzar un acuerdo con Serbia?

R. Creo que necesitamos lo antes posible un acuerdo. Porque la falta de pacto aumenta las tensiones. Y hace que Rusia intente extender la guerra de Ucrania a otras zonas. Creo que sería muy importante para la UE que se lograse un acuerdo. La guerra de Ucrania es la primera de Europa en siglo y medio donde no han intervenido los Balcanes. Así que, sigamos así. Pero no es fácil. Porque el comportamiento de Belgrado se mueve como en un deseo de la máquina del tiempo. A veces quiere volver a antes de 1999. Pero el tiempo no vuelve.

P. ¿Ha tenido alguna influencia en Kosovo la guerra de Ucrania?

R. Por supuesto. Tuvo influencia porque Serbia se alineó con Rusia y lo formalizó con un acuerdo en septiembre. La guerra inflama a los elementos más extremos. Los serbios y prorrusos empezaron a hacer grafitis a favor de Putin. Pero también en Kosovo, como reacción, algunos comenzaron a pensar que Serbia no puede ser un país europeo. La gente empezó a pensar que las guerras no eran solo cosa del pasado, sino también del futuro. Después de 1999, mi generación creyó que ya nuestros hijos no tendrían que ir a ninguna guerra. Porque cada generación en los Balcanes ha sufrido al menos una guerra. Ya no estamos seguro y eso provoca nerviosismo.

P. Gran parte de los kosovares no han visitado jamás Mitrovica, la mayor ciudad de esa región de Kosovo, habitada al norte del río Ibar sobre todo por la minoría serbia. Allí abundan las banderas de Serbia en los balcones, las pintadas a favor de Putin, y apenas hay intercambio entre las poblaciones. ¿Cuántas veces ha estado en Mitrovitca y qué conclusiones ha sacado tras sus visitas?

R. He estado allí muchas veces cuando estaba en la oposición. Y como primer ministro, dos veces. La gran mayoría de serbios se han integrado en el sistema y reconoce el Gobierno de Kosovo. Hay 130.000 serbios en Kosovo y un tercio de ellos están en el norte. Y dentro de ese tercio hay una minoría extremista. Claro que tomará mucho tiempo y esfuerzo. Pero creo que la integración es posible.

P. El presidente Pedro Sánchez sostiene que la declaración unilateral de independencia de Kosovo viola el derecho internacional. Por tanto, el Gobierno español no reconoce a Kosovo como Estado. ¿Qué opina?

R. Yo tengo en la más alta estima al presidente Sánchez. Y tuve la oportunidad de encontrarme con él durante la Internacional Socialista que se celebró [el pasado noviembre] en Madrid. Esa ha sido la primera vez que he viajado a España. Y espero que España se une a la vasta mayoría de países [que han reconocido a Kosovo]. De los 27 miembros de la UE, 22 ya lo han hecho. Y de los 30 de la OTAN lo han hecho 26. Yo considero a Sánchez un amigo. En la antigua Yugoslavia, Kosovo era la parte más pobre y la más explotada. Mientras que Cataluña y el País Vasco son los más ricos de España. Nosotros queríamos ser como el resto del país, pero nos reprimían. Lo nuestro era una cuestión colonial, como Argelia con Francia.

P. ¿Qué opinión le merece la declaración unilateral de independencia de Cataluña?

R. En España, que es un país democrático, no creo que haya nada que Madrid y Barcelona no puedan resolver con el diálogo. El problema que tenemos con Serbia es que es una autocracia. Tiene un partido, un líder, una iglesia. Y con una estrecha relación con Rusia. Si Madrid se hubiera comportado como Belgrado yo habría tenido un encuentro con Cataluña.

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