Miembros del colectivo ambiental “La Última Generación” volvieron a protestar contra los contratos de combustibles fósiles y la falta de medidas gubernamentales para frenar la crisis climática.
Sin embargo, esta vez uno de sus activistas pegó su mano al asfalto de la ciudad alemana de Maguncia para detener el tráfico.
Utilizando una mezcla de arena y pegamento industrial, el activista Raúl Semmler, adhirió su mano al asfalto de la calle Binger.
El objetivo de la protesta fue exigir un límite de velocidad en autopista de 100 kilómetros por hora y una multa permanente de 9 euros para ahorrar CO2 y proteger así el clima, según informó el colectivo en su página web.
Semmler estaba acompañado por otros activistas que también se pegaron al pavimento, sin embargo, los demás no utilizaron la misma mezcla que él. Cuatro activistas utilizaron únicamente pegamento, mientras otros dos decidieron solo sentarse a lado de los demás pero no pegarse, para que en caso de emergencia no se bloqueara un carril de la calle.
Para sacarle la mano de la carretera a Semmler, miembros de la policía y protección civil tuvieron que romper el asfalto alrededor de la mano utilizando un martillo perforador. Después de una hora y media, el activista fue liberado y detenido por infracciones a la Ley de Reunión y daños a la propiedad. La policía informó que el agujero se reparó inmediatamente.
🇩🇪 | LO ÚLTIMO: En Alemania, un activista ambiental se pegó al asfalto en señal de protesta, pero no pensó las consecuencias: pic.twitter.com/KNuLenSTmS
— Alerta Mundial (@AlertaMundial2) December 11, 2022
No es la primera vez que miembros del colectivo “La Última Generación” se pegan a espacios públicos. La semana pasada sus ecoactivistas se pegaron a la pista de los aeropuertos de Berlín y Múnich. Mientras unos se adhirieron al asfalto, otros andaban en bicicleta la zona de maniobras, paralizando el tráfico aéreo.
Según el colectivo, Semmler se encuentra en perfecto estado de salud y sus ecoactivistas volverán a salir a las calles a protestar este mismo lunes.
No es la primera vez que el activista realiza una acción similar. En julio ya se había pegado al pavimento y mostró sus heridas en la cuenta de Twitter de la organizaicón.
“La Última Generación” también es conocida internacionalmente por sus protestas en museos. Sus activistas ha utilizado pegamento en el pasado para pegarse a cuadros famosos como la “Primavera” de Botticelli en Florencia, un auto retrato de Van Gogh, entre muchas otras.
Después del evento en Maguncia, la portavoz de la organización, Aimée van Baalen mandó a través de las redes sociales del colectivo el siguiente mensaje:
“En un mundo en llamas, la neutralidad ya no existe. Ya no podemos permanecer en silencio mientras unos pocos imperios derriban el mundo y devastan nuestro sustento común a expensas de todas las personas. Siempre estamos dispuestos a mantener conversaciones constructivas, como hicimos ayer con el Ministro del Interior de Baviera. Pero lo que necesitamos frente al infierno climático que se avecina son acciones y no solo palabras vacías”.