La creciente popularidad de las criptomonedas como bitcoin o ethereum, cuyo valor de mercado ha llegado a quintuplicarse en el último lustro, alcanzando los 3 billones de dólares, así como la cada vez mayor correlación de estos activos con inversiones tradicionales como la renta variable apuntan a una capacidad de desestabilizar los mercados, lo que requiere abordarse con un marco regulatorio global, señala el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según los cálculos de la institución, el valor de mercado de estos nuevos activos aumentó hasta casi los 3 billones de dólares el pasado noviembre desde unos 620 mil millones de dólares en 2017, aunque la capitalización de mercado se había reducido en 2022 a alrededor de 2 billones de dólares, lo que aún representa un aumento de casi cuatro veces desde 2017.
Asimismo, además de la mayor popularidad y adopción de los criptoactivos, el FMI subraya que la correlación de estos con inversiones tradicionales como la renta variable ha aumentado significativamente, lo que limita los beneficios percibidos de la diversificación del riesgo y aumenta el riesgo de contagio en los mercados financieros.
En este sentido, la institución apunta que este incremento de la correlación entre acciones y criptos aumenta la posibilidad de contagios entre las distintas clases de activos, como sugiere la subida sustancial de los efectos indirectos de los precios y la volatilidad del bitcoin sobre los mercados bursátiles, y viceversa, entre 2020-21 en comparación con 2017-19.
El mayor y considerable movimiento conjunto y los efectos indirectos entre criptomercados y bolsas indican una creciente interconexión entre las dos clases de activos que permite la transmisión de shocks con capacidad para desestabilizar los mercados financieros.
“Nuestro análisis sugiere que los criptoactivos ya no están al margen del sistema financiero”, señala el principal consejero financiero y director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital de la institución, Tobias Adrian, para quien, dada su volatilidad y valoraciones relativamente altas, sus oscilaciones pronto podrían plantear riesgos para la estabilidad financiera.
Por lo tanto, el FMI considera que es hora de adoptar un marco regulatorio global “integral y coordinado” para guiar la regulación y supervisión nacional y mitigar los riesgos para la estabilidad financiera derivados del ecosistema criptográfico.
En este sentido, propone que tal marco debería abarcar regulaciones adaptadas a los principales usos de los criptoactivos y establecer requisitos claros para las instituciones financieras reguladas con respecto a su exposición y compromiso con estos activos.
¿Y en México?
Por considerar de suma importancia estas nuevas tecnologías y la infraestructura de pagos de última generación como opciones de gran valor para avanzar en la inclusión financiera en el país, el gobierno de México informó el pasado 30 de diciembre que Banxico tendrá en 2024 una moneda digital propia en circulación.
Las CBDC (Central Bank Digital Currencies) son una alternativa al dinero en efectivo que pueden ser de acceso universal o restringido a un grupo particular de usuarios, es decir, limitadas a bancos o instituciones financieras.
Para combatir las criptomonedas como Bitcoin y Ethereum, los diferentes estados y agrupaciones de países han trabajado en sus propias Monedas Digitales de Banco Central (CBDC).
Este tipo de monedas buscan que la realización de transacciones sea mucho más rápida y sencilla, además de que se eliminan los costos que supone la versión física del dinero.
Y antes del anuncio del gobierno de México, la empresa Elektra ya había anunciado desde el 16 de diciembre que aceptará pagos con Bitcoin.
“Los rumores son ciertos, Elektra es la primer tienda (de retail) en México que permite comprar con Bitcoin. Siento mucho volver a ganarle a la competencia”, publicó el presidente de Grupo Salinas, Ricardo Salinas Pliego, en Twitter.
La tienda de Salinas Pliego señaló que en su sitio web se desplegará una cotización, proporcionada por BitPay, que mostrará el monto equivalente en Bitcoins, del precio en moneda nacional, que el usuario deberá de pagar como precio final del producto seleccionado.
Con información de Europa Press y agencias
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