El portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Madrid, Javier Ortega Smith, se reúne con el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, en Cibeles, el pasado 16 de diciembre.AYUNTAMIENTO DE MADRID (Europa Press)
―¿Alcalde?, ¿alcalde?
―Ya está.
―No, no se te oye.
―¿Ahora?
―Ahora sí.
José Luis Martínez-Almeida apura sus últimos días del año en casa, contagiado con la nueva variante pandémica desde hace más de una semana. Este jueves cerró su segundo año de mandato a través de una cámara conectada desde un rincón de su domicilio. Con buen aspecto, pero tras unos primeros días de fiebre alta, contestó a todas las preguntas de los periodistas ataviado con un jersey marrón y una camisa azul con una maceta de fondo:
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―Ahora mismo tengo carga viral y algunos síntomas.
El alcalde pidió a los madrileños que, de cara a la festividad de Nochevieja en la Puerta del Sol, se respetasen todas las medidas junto a las precauciones necesarias. Y entró política, la materia que tanto le gusta. “Si algo hemos demostrado en este Gobierno es que, al margen de lo que se pueda decir, nosotros ponemos a los madrileños por delante”, observó en referencia a las duras acusaciones que está recibiendo estos días de Vox tanto públicamente como en redes sociales hacia su persona. “Ayer Vox me acusó de arrollidarme con la extrema izquierda”, continuó. “Pues bien; soy alcalde gracias a los votos de Vox. Hemos podido sacar los presupuestos con ellos antes, pero quien se ha apartado no ha sido el alcalde, sino Vox. A mí me encontrarán con la política que sea útil, con independencia de los ataques personales”. Y se desmarcó por completo de un cordón sanitario hacia la extrema derecha como le piden desde la bancada de los bloques de izquierda: “Yo no voy a cortar con Vox cuando entienda que es beneficioso”.
El alcalde de la capital de España cierra el año con la brújula de su dirección política desorientada. Tras dos años de continuos mensajes de apoyo hacia Vox, a quien les debe su investidura, tuvo que virar el rumbo a la vuelta del verano. En juego estaba la aprobación de la nueva ordenanza de movilidad, el nuevo Madrid Central. Con el no de Vox a esta medida, la extrema derecha ha aprovechado cualquier acto, pleno o rueda de prensa, para recordarle que con esta directriz está incumpliendo día tras día su principal promesa electoral.
No olvidan que Almeida se presentó en mayo de 2019 con carteles donde anunciaba la retirada de Madrid Central y no lo ha hecho. La extrema derecha considera ahora que están en el momento perfecto de dividir más aún votante conservador. “No es como Ayuso”, lanzan continuamente desde Vox. Más aún cuando logró sacar esta nueva ordenanza de movilidad con el nuevo Grupo Mixto, los cuatro nuevos inquilinos del Ayuntamiento que se marcharon de Más Madrid en abril de este año por desavenencias con el partido y ahora se hacen llamar Recupera Madrid. Siete meses después, el Grupo Mixto también está dividido. Y Almeida también ha logrado sacar adelante los Presupuestos de 2022 con tres de sus votos. Un hecho que también afea la formación de Abascal: “Almeida no es como Ayuso, él pacta con los comunistas”. Hace unos días, incluso, el portavoz de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, publicó en su cuenta de Instagram un guiño electoral: “Comunismo o libertad”. Comunismo llevaba estampada una imagen de Almeida con Manuela Carmena y una edil del Grupo Mixto. Libertad era una fotografía del propio Smith. Almeida trata de combatir estas potentes imágenes con datos: “Vox ha votado numerosas enmiendas de Más Madrid en los plenos”.
El golpe de timón de Ayuso
No está siendo un cierre año ideal para el equipo de Almeida. 2021 comenzó para él con una popularidad por las nubes. Reventó las audiencias en El Hormiguero, donde fue aclamado como el “alcalde de España”. Sin embargo, en su entorno aseguran que una semana después de sentarse con Trancas y Barrancas en Antena 3, todo dio un giro inesperado. “La aplastante victoria de Ayuso le cambió el paso y todo nos ha llevado a una fase de desconcierto”, aseguraron fuentes de Cibeles hace solo unos días a este diario. Ayuso solapó el 4 de mayo su imparable ascenso mediático. Todos los medios conservadores comenzaron a dar menos espacio a sus actos para dar más grande a la nueva líder de la derecha. Los datos de sus redes sociales también se frenaron en seco. Ya no crecían como antes.
Almeida, al contrario que en la Puerta del Sol, donde siempre han roneado y alabado a Vox por encima de cualquier partido, sí logró llegar a un acuerdo con todo el arco parlamentario en 2020. A izquierda y a la derecha. Esa era la consigna de su equipo a principios de 2021. Ensanchar el electorado a ambos lados, aprovechar el debilitamiento de Más Madrid tras la marcha de Manuela Carmena y el agotamiento de Ciudadanos. Así, enfilaría 2023 con una mayoría absoluta con Vox o en solitario, y todo, sin grandes obras o emblemas de calado en la ciudad. “Su simpatía ante la ciudadanía es indiscutible”, señaló hace una semana una persona de su máxima confianza como su principal baluarte. La oposición no encontraba cómo meterle mano ante semejante éxito de popularidad. Ser simpático como baza electoral, muy del estilo del también alcalde popular de Madrid José María Álvarez del Manzano.
El hipotético alcalde transversal, en el fondo, siempre se ha mostrado más cómodo con Vox, a quien ha defendido incluso en los momentos más duros como los días internacionales contra la violencia de género, donde la extrema derecha trata de arrancar segundos y fotos para salir en los telediarios. Ahora, tras el rechazo de Vox a las cuentas del Ayuntamiento de 2022, el equipo de Almeida trata de aminorar el impacto en sus votantes con una gran ronda de entrevistas a los medios conservadores. Cinco en menos de 48 horas. A ellos, explican en su equipo, se les debe una explicación, como aseguran también en un editorial del diario El Mundo. 2022, sin duda, se prevé tormentoso en las alas derechas del Ayuntamiento y en el PP madrileño, donde en la guerra interna con Ayuso, el también portavoz del PP nacional todavía no ha decidido su última palabra.
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