Dinahosting tiene una historia curiosa: cualquier empresa de tecnología que no haya caído en manos de fondos de inversión o multinacionales la tiene. Nació en 2001 en Santiago de Compostela como Dinaweb, un proveedor de páginas web a medida. Eran apenas 10 empleados, que manejaban cinco o seis extensiones de dominios, y ofrecían dos únicos paquetes de alojamiento. Dos décadas después, la empresa ha cambiado de socios (solo sigue uno de los fundadores), pero continúa siendo gallega, aunque con 120 trabajadores, 400 extensiones de dominio, multitud de planes de alojamiento y otros servicios como virtualización, cloud, servidores dedicados, asesoría jurídica o consultoría técnica. El mundo, a la vez, se ha complicado más y más. Sobre todo tras la pandemia. Carlos Suárez, su director técnico, cuenta que el año pasado se disparó un 60% la solicitud de altas de alojamiento (hosting), y también que muchas empresas fueron incapaces de afrontar los gastos de mantenimiento de negocios que se iban a pique.
Cualquiera puede pensar que un servicio de alojamiento web puede ser igual a otro. La telefonía, con continuas guerras de precios, casi se está convirtiendo en una commodity. En el caso del alojamiento web ocurre algo parecido, aunque frente a esa tendencia ellos defienden un modelo fiable, nacional y políglota (su servicio de atención responde en varios idiomas, incluidos todos los nacionales, con respuesta todo el día, todos los días).
Alberto de la Morena, director comercial, cuenta que tienen 150.000 clientes, que administran 278.000 dominios y unos 170.000 hostings. “Intentamos ser lo más competitivos posible. No somos la empresa más barata del sector, pero estamos en una posición muy competitiva”. En 2020 su facturación fue similar a la de 2019, que según el Registro Mercantil estuvo en 11,7 millones, con un resultado neto de 1,4 millones. “En 2020 apostamos por los descuentos a clientes para estar cerca de las empresas, sobre todo de muchos clientes que surgieron forzados a la digitalización”. Sobre las diferencias con otros proveedores, Suárez añade que desarrollan su propio software y tienen herramientas que hacen que la portabilidad sea casi sin intervención de los clientes. Y tampoco aspiran, como otras tecnológicas, a crecer sin rentabilidad. “Este negocio no consiste en cobrar y ya. En Dinahosting te atienden personas, nos preocupamos por no perder ningún contacto, no tenemos una tasa de incidencias (quejas) alta”. Y así, esperan lanzar nuevos servicios. Sin abrir delegaciones comerciales, desde Galicia (lo único que tienen fuera de la comunidad autónoma son los servidores, en Madrid).
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