El consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez, considera que la economía “está paralizada, a la espera de que llegue una vacuna”. “Nos hemos quedado quietos y estamos esperando a que se vuelva a abrir la economía, pero no en la nueva normalidad, sino en la normalidad de toda la vida”, ha declarado este miércoles el directivo durante la primera sesión de la Conferencia Internacional de Banca 2020, que se celebra bajo el título Reconstruyendo el futuro: La próxima normalidad.
Según ha explicado Álvarez, el Santander espera que la morosidad crezca en 2021, “una vez que desaparezcan los estímulos de los Gobiernos”. Esta entidad ha concedido 125.000 millones en moratorias para particulares desde el inicio de la pandemia, que le ha llevado a pérdidas históricas de 10.800 millones por los ajustes contables que se ha visto obligada a realizar.
En la mesa redonda también participaron Larry Summers, ahora profesor de la Universidad de Harvard y ex secretario del Tesoro de Estados Unidos; Agustín Carstens, gerente general del Banco Internacional de Pagos de Basilea (BIS) y exgobernador del Banco de México; y Jörg Kukies, secretario de Estado del Ministerio de Federal de Finanzas de Alemania,
Álvarez abordó la situación económica y admitió que ha sido relevante que los Gobiernos formalizaran avales, pero que la actuación de los bancos ha sido definitiva: “Nosotros mantenemos a flote la economía, echando una mano a los particulares, aunque es cierto que con alguna ayuda del Gobierno”. El segundo ejecutivo del Santander reconoció que los depósitos no paran de crecer por “un excedente de ahorro en el sector privado, mientras que la demanda de crédito es débil”. “Siempre hay excepciones, como en el sector del automóvil porque el virus ha afectado al transporte público”, añadió.
Otra crisis de crédito
El directivo admitió que aunque la situación empezó como una crisis sanitaria, ha derivado en una crisis de crédito. A diferencia de 2008, dijo, “ahora lo que veo es que el sistema bancario tiene muchísimo más capital”, aunque indicó que la morosidad puede restar recursos propios a los bancos. “En cuanto empiezas a destruir capital, la confianza se erosiona. La capacidad de generar capital en Europa se ha visto dañada por los tipos bajos y negativos, pero hay una base de capital notable para enfrentarse a las secuelas [de la crisis]”, puntualizó.
El consejero delegado del Santander considera que la política fiscal es “esencial” para proteger los ingresos de los ciudadanos. “Esta es una crisis de crédito porque los ingresos de las empresas y los particulares se han visto muy afectados”, apuntó.
Larry Summers, por su parte, añadió que la política monetaria puede evitar el pánico financiero pero no es apropiada para las economías. Abogó por introducir elementos fiscales para apoyar al crédito o a los pagos directos. En su opinión, el sector privado tiene un excedente enorme porque “hay miedo”. “No hay ganas de invertir. Si hay exceso de ahorro privado, es necesario que esos ahorros sean absorbidos”, indicó.
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