El presidente Andrés Manuel López Obrador confirmó este lunes que un grupo armado secuestró a cuatro estadounidenses en Matamoros, Tamaulipas, en la frontera con Texas, Estados Unidos.
“Sí (está confirmado que los secuestró un grupo armado), son personas de Estados Unidos que, (según) la información que tenemos, cruzaron la frontera para comprar medicamentos en México y hubo una confrontación de grupos y fueron detenidos”, respondió el mandatario durante su conferencia de prensa mañanera.
López Obrador se refirió a la alerta del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos (FBI), que solicitó ayuda y ofreció 50,000 dólares de recompensa para localizar a los cuatro estadounidenses secuestrados en Matamoros.
Según el relato inicial de los investigadores estadounidenses, las cuatro personas secuestradas cruzaron el pasado viernes a Matamoros en una miniván con matrícula de Carolina del Norte y, poco después, sujetos los asaltaron y se los llevaron en un hecho en el que además murió un mexicano.
“Está trabajando (el FBI) fundamentalmente con la secretaria de Seguridad Pública, con Rosa Icela (Rodríguez), tienen comunicación. Yo espero que más tarde se dé información más amplia sobre esto”, comentó el mandatario.
El secuestro ocurrió en medio de una ola de violencia en Tamaulipas, estado que es escenario de disputa entre cárteles del narcotráfico y que Estados Unidos clasifica en nivel 4 en su alerta de seguridad, por lo que desaconseja a sus ciudadanos viajar ahí.
López Obrador prometió que “se está viendo ya este asunto” y que “todo el Gobierno está ahí trabajando”.
“Ya se está atendiendo, yo creo que se va a resolver, eso espero, deseo”, manifestó.
El gobernador (de Tamaulipas, Américo Villarreal) está trabajando en eso, tenemos comunicación constante con él, ayer todo el día.
Momentos antes, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, emitió un comunicado en el que afirmó que “oficiales de diversas agencias de procuración de justicia estadounidense están trabajando con las autoridades mexicanas en todos los niveles de Gobierno para lograr el regreso a salvo” de las víctimas.
“No tenemos mayor prioridad que la seguridad de nuestros ciudadanos. Éste es el papel más fundamental del Gobierno estadounidense“, sostuvo.
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