El presidente Andrés Manuel López Obrador negó que no se haya informado con tiempo suficiente sobre la fuerza del huracán Otis, que azotó las costas de Guerrero, y atribuyó la cantidad de afectaciones a la imprevisibilidad del fenómeno.
“Todo el tiempo se estuvo informando pero no se imaginaban que iba a ser mucho más fuerte de lo que se pensaba”declaró este viernes durante su conferencia de prensa matutina en Palacio Nacional.
El mandatario afirmó que el centro nacional de huracanes emitió avisos sobre la intensidad del huracán cuando todavía no llegaba a su máxima intensidad.
Dijo que fue hasta la noche cuando se conoció que iba a llegar a categoría 5 y que iba a pegar directamente en Acapulco, ya que no se tenía anticipado un fenómeno de dicha fuerza. Esto afectó finalmente la capacidad de acción, admitió.
“Pregunten a los centros de control de Huracanes si no fue un fenómeno extraordinario, pregunten que les digan qué antecedentes hay de cómo se precipita tan rápido”, subrayó.
Por lo tanto, AMLO atribuyó el impacto del fenómeno a su imprevisibilidad y descartó que se haya debido a la falta de información.
“Creo que tuvimos suerte, la naturaleza, el creador nos protegió, aún con la furia del huracán”, expresó.
AMLO reconoció que se registraron “muchos años materiales” pero afirmó que “afortunadamente” no se registraron “muchas pérdidas de vidas humanas”.
“Aún siendo lamentable la pérdida de cualquier persona no fueron tantos ante un fenómeno tan fuerte, tan impactante el huracán de categoría 5”, apuntó.
Otis pasó en menos de 24 horas de ser una tormenta tropical a un huracán de categoría 5, la más alta de estos fenómenos naturales, con dirección a las costas de Guerrero, donde afectó a zonas densamente pobladas, lo que alertó a las autoridades municipales, estatales y federales.
Al menos 27 personas fallecieron y 4 desaparecieron tras el paso del fenómeno. A esto se suman daños en cristales y fachadas de plazas y locales comerciales. Asimismo, el 80% de los hoteles en el puerto de Acapulco se vieron afectados.
AMLO aseguró que su gobierno tiene controlada la situación en Guerrero, que se vio azotado por el huracán Otis, y negó que sea necesario un toque de queda.
Asimismo, afirmó que la Sedena y Semar se encuentran en el sitio atendiendo los daños y a los damnificados.
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