*La escritora explicó que en su novela más reciente buscó indagar en otros horizontes y abrir los límites de la realidad
Por Ángela Anzo
México, 5 de junio (La Neta Neta).— Escribir sobre el cuerpo, los afectos y la memoria, ha sido una constante en la obra de la escritora e investigadora mexicana Ana V. Clavel (Ciudad de México, 1961), quien al conversar con sus lectores sobre su libro Breve tratado del corazón, consideró que “el corazón es la verdadera lámpara de los deseos, la que frotamos cuando queremos algo, y eso es sobre lo que he trabajado”.
A través de las redes sociales de una conocida editorial, la autora indicó que se trata de una novela (publicada en 2019) en la que habla del destino de una mujer que está a punto de suicidarse, narrada a través de cuatro voces que permiten conocer el corazón humano, como un territorio de claroscuros y deseos.
Compartió que escribe sobre estos temas como una aspiración de completar su corazón a raíz de la pérdida de su padre y que esta novela le brindó la oportunidad de trabajar lo contemporáneo y retarse como autora, para encarnar y dar voz a personas inimaginables, como lo es un sicario y una joven anónima de la Ciudad de México, entre otros de los protagonistas de su libro.
“Para cada una de las diferentes partes de la novela fui haciendo el reto de construir una voz narrativa diferente. Son justamente las posibilidades de la literatura que nos permite indagar para intentar ceñir un poco este mundo tan complejo en el que nos encontramos inmersos”.
Ana V. Clavel, quien ha explorado el cuento, el ensayo y la novela, explicó que con esta historia buscó indagar en otros horizontes y abrir los límites de la realidad, y que aunque muchos encasillan su obra como erótica, trabaja más sobre una poética de las sombras y de los deseos, de cómo encarnan posibilidades del ser o situaciones en la sombra que buscan aflorar.
“Al escribir el libro pensé en los cuatro cubículos del corazón, estas cavidades que tradicionalmente conocemos como aurículas y ventrículos, por eso nació la idea de que tenían que ser cuatro personajes, cuatro voces y cuatro partes. El corazón es como una veleidad que uno descubre en la escritura y a veces en sueños: son pulsiones muy fuertes, no lo elegí de manera deliberada, los temas te eligen a ti”.