La Administración de Donald Trump informó el domingo de que piratas informáticos extranjeros accedieron a los sistemas de varias agencias federales. Los hackers pudieron piratear los correos electrónicos del Tesoro, Comercio y Seguridad Nacional. Funcionarios del Gobierno han asegurado que el FBI y los responsables de seguridad cibernética del Departamento de Seguridad Nacional están trabajando para identificar el alcance del pirateo, del que responsabilizan, casi con certeza, a una agencia de inteligencia rusa, según tres fuentes familiarizadas con la investigación citadas por Reuters.
El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Ullyot, ha informado en un comunicado de que el Gobierno está “tomando todas las medidas necesarias para identificar y remediar cualquier posible problema relacionado con esta situación”. Las autoridades aseguraron el domingo que además de los ataques al Tesoro y a la Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información del Departamento de Comercio están investigando si los piratas usaron una herramienta similar para ingresar a otras agencias gubernamentales. El Departamento de Seguridad Nacional ha informado este lunes de que sus comunicaciones internas también se vieron afectadas durante el ataque.
Desde el Gobierno no han revelado demasiados detalles. El Departamento de Comercio reconoció que una de sus agencias había sido atacada, sin nombrarla. Trump despidió el mes pasado a Christopher Krebs, director de la agencia, después de que este desmintiera las acusaciones infundadas de fraude electoral en los comicios del pasado 3 de noviembre.
De confirmarse que el pirateo provino de Rusia, el hackeo sería el más sofisticado en los datos del Gobierno estadounidense por parte de Moscú desde 2014 y 2015, cuando las agencias de inteligencia del Kremlin accedieron a los sistemas de correo electrónico no clasificados de la Casa Blanca y el Departamento de Estado. El entonces presidente Barack Obama decidió no adjudicar la operación a los rusos en un primer momento, una medida que causó rechazo en parte de su Administración.
Dos de los funcionarios implicados en la investigación dijeron a la agencia de noticias Reuters que la operación está relacionada con el ataque cibernético del que fue víctima recientemente FireEye, una importante firma de ciberseguridad estadounidense. La empresa de Silicon Valley informó la semana pasada que, casi con seguridad, los piratas trabajaban para una agencia rusa.
El pasado octubre seis miembros de la agencia de espionaje militar rusa fueron acusados por el Departamento de Justicia estadounidense de una serie de ciberataques perpetrados en distintos países, incluido un asalto a la red eléctrica de Ucrania, otro a las elecciones presidenciales de Francia en 2017 y uno a los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 en Pieonchang (Corea del Sur). Según el fiscal general adjunto de Seguridad Nacional, John Demers, “ningún país ha utilizado sus capacidades informáticas de forma tan maliciosa o irresponsable como Rusia, lo que ha provocado de manera deliberada daños sin precedentes para lograr ínfimas ventajas tácticas, pero satisfaciendo venganzas”.
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