Andalucía, Murcia y Asturias notifican más muertes diarias que en la primera ola


Tres comunidades y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla ya notifican más muertes diarias que el peor momento de la primera ola. Se trata de Asturias, Murcia y Andalucía. A poca distancia se encuentra Aragón, que ya iguala la media de fallecimientos que comunica diariamente al Ministerio de Sanidad. Asturias informó en la última semana de 18 muertos diarios de media, mientras que en el pico de la primera ola, que se produjo en la primera quincena de abril, eran 9. Murcia ha comunicado 12 víctimas diarias, cuando en su peor momento, a principios de abril, los muertos eran 7 de media. En el caso de Andalucía la diferencia es menor: ahora notifica 53 mientras en abril la media diaria era de 47. Aragón está a punto de superar los fallecimientos diarios que han vuelto a ser 26, como a comienzos de abril.

Esta comparativa tiene en cuenta la media diaria de muertes semanales, a partir de los datos que las comunidades notifican al sistema centralizado del Ministerio de Sanidad. Se trata en este momento de 284 muertes diarias de media en toda España. Es casi la misma cifra de la tercera semana de marzo, cuando el pico de fallecimientos de la primera ola estaba cerca. La gran diferencia es el ritmo al que crecen esas muertes: entonces el número de fallecidos del que informaban las comunidades se duplicaba en menos de cinco días, ahora aumenta con un goteo constante de menos del 5% diario.

Los problemas de los datos oficiales complican hacer una comparativa detallada, pero las cifras ofrecen una idea de qué comunidades están sufriendo más en esta segunda ola. Algunas superan ya la mitad de las muertes que notificaban en sus picos durante el primer estado de alarma, el del confinamiento domiciliario. Ocurre en País Vasco, Castilla y León y Baleares, además de las mencionadas arriba. Otras están cerca: el País Vasco comunicaba a finales de septiembre su pico en esta segunda fase de la epidemia, 33 muertes diarias de media, mientras que a principios de abril, en lo más alto de su primera ola, eran 41. Castilla y León, con 41 fallecidos al día, está al 60% de los 68 que comunicaba en el peor momento de la primera fase, en la primera semana de abril.

Hay que recordar que durante la primera ola se dejaron de notificar, o se hizo con retraso, muchas muertes, bien porque los pacientes fallecían sin haberse sometido a un test diagnóstico que confirmara que tenían coronavirus, bien porque los servicios de epidemiología notificaban con retraso los óbitos al estar desbordados. Ambas cosas explican que, incluso a día de hoy, el Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) esté actualizando las cifras de fallecidos de la primera ola. Un ejemplo: el 19 de marzo Sanidad notificó 169 nuevos fallecidos. En la estadística actual figura que ese día murieron 314 personas.

Problemas de este tipo con los datos oficiales no han desaparecido con la segunda ola. Hasta el 11 de mayo las comunidades solo comunicaban contagios y fallecimientos de forma agregada, pero entonces entró en vigor una nueva estrategia de vigilancia en la que se notifica al registro centralizado Sivies (Sistema para la Vigilancia en España, del Centro Nacional de Epidemiología) los casos de forma individualizada. Esto ha permitido que en la segunda ola sea más sencillo distinguir entre fecha de notificación de un óbito y fecha de defunción, por ejemplo. A cambio, este sistema exige introducir muchos datos cada día y no siempre las regiones lo hacen con rapidez. Por eso sigue habiendo un retraso en la notificación de contagios, hospitalizaciones y muertes. Esto le ocurre, por ejemplo, al País Vasco, aunque en casi todas las regiones se observa una cierta dilación.

Los hospitales, al límite

La situación en los hospitales puede ayudar a entender las cifras actuales de fallecidos. Más de diez comunidades tienen sus centros en niveles de riesgo muy alto, según el baremo de Sanidad, y el perfil de los enfermos de coronavirus ha cambiado desde finales de verano. Entonces la media de edad era más baja y a los hospitales llegaban pacientes menos graves. Con el paso de las semanas, los contagios entre los mayores están creciendo. Según el último informe del ISCIII, el grupo de los mayores de 80 años ha vuelto a ser el segundo en incidencia (296,5 casos por 100.000), solo por detrás de los jóvenes de entre 25 y 29 años. “No sabemos si este repunte de incidencia si es la ola 2.5 o la 3, pero lo que claramente ha cambiado respecto al pico de agosto-septiembre es la gravedad de los pacientes. Vuelven a ser pacientes más añosos, con más patología asociada, como el perfil de marzo-abril”, señala Gonzalo Tamayo, anestesista del hospital Cruces de Bilbao.

El virus ha vuelto a alcanzar a los mayores también en las residencias. Hay al menos 6.300 contagios activos en estos hogares, más del triple que a finales de agosto, según datos que ha recopilado EL PAÍS.

El análisis de estos datos (preliminar también porque la segunda ola no ha alcanzado su pico de fallecidos) parece apuntar a que algunas comunidades que menos sufrieron la primera ola están notificando más muertes comparativamente. Asturias, Andalucía y Murcia, mucho menos golpeadas en el primer embate de la pandemia, sufren ahora las consecuencias del incremento de contagios, que acaba notándose en la hospitalización y finalmente en las muertes. La incidencia acumulada de Andalucía (556 casos por 100.000 habitantes) ha crecido casi un 30% en solo dos semanas, hasta superar la media nacional (514), que lleva unos días descendiendo. En cambio, la situación parece la contraria en Madrid, que llegó a registrar 304 muertes diarias en la última semana de marzo y que ahora está en 60.

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