“La crisis de ingresos públicos es patente y por más que se trate de negar, sí la hay”: Reyes Orona
Alfredo Figueroa alertó que ante la posibilidad de un grupo de estados de la República opten por una descoordinación fiscal de la federación, el gobierno federal no podría seguir cobrando el principal impuesto que constituye el principal eje de la recaudación a muchos mexicanos y mexicanas tanto personas físicas como morales en el país.
Este miércoles, en la #MesadeAnálisis de Aristegui En Vivo, Figueroa explicó que existe descontento por parte de algunos estados, principalmente de gobiernos emanados de Acción Nacional como Chihuahua, Durango y Tamaulipas, quienes han expresado un claro descontento con la reducción de presupuesto a las entidades, que en algunos casos alcanza el 20%, de acuerdo con el Paquete Económico 2020.
“El impuesto sobre la renta (ISR) y el impuesto al valor agregado (IVA) no son derechos constitucionalmente establecidos a la federación, sino son derechos establecidos a los estados“, detalló Figueroa, por lo tanto, la posibilidad de cobro del ISR es de más del 50% de la recaudación y por vía del IVA es del 27%.
Figueroa resaltó que el planteamiento de la descoordinación fiscal al que algunos estados, a los que se han unido Quintana Roo y Yucatán, estarían dispuestos “es la puerta de entrada a la posibilidad de entrar en una lógica de distribución de ingresos en la economía mexicana que metería al país en serios problemas“.
Gabriel Reyes Orona apuntó a que en México, los últimos 20 años se ha construido una idea de federalismo participable y sin éste, los estados no pueden operar. Sin embargo, lo que se ha logrado es que se ha apostado por mermar la capacidad y la estructura operativa de la recaudación estatal de manera que “quien reparte, se lleva la mejor parte”.
La situación es que actualmente “la crisis de ingresos públicos es patente y por más que la traten de negar, sí la hay”. Señaló que lo que el recorte va de la mano con que “no alcanza para financiar el presupuesto actual, hay muchas dudas de si el gobierno federal podrá hacer un cierre financiero con un superávit o sin déficit, la idea fantástica de que hay ahorros que en realidad son recortes simulados”.
Señaló que la capacidad de recaudación se sujeta al dominio de una ley federal, lo que recrudece el asunto de la tirana mayoría.
No obstante, Figueroa detalló que la Ley de Coordinación Fiscal en su artículo 2 establece que todos los estados van a participar con cerca del 20% de lo que recaudaron, algo que tenía sentido en tiempos de la bonanza petrolera, pues era un periodo en que se “permitía tener acceso a recursos que eran mucho más amplios de los que los estados pueden recaudar”.
Sin embargo, lo que hoy se plantea es que al escarbar en la idea de federalismo, se llegan a una serie de convenios en donde una entidad y la federación decidieron coordinarse respecto a quién cobra los impuestos. Detalló que la Ley de Coordinación Fiscal es una ley para quien quiera coordinarse mas no una ley que obligue a los estados del país.
“Es importante, como parte del nuevo gobierno, tener una discusión, no solo de en qué se van a gastar los recursos sino de quién los recaudará y cómo se van a distribuir”, dijo Figueroa. Este planteamiento a partir de que hay entidades que por cada pesos reciben .35 o .40 centavos y entidades que reciben 5 o 7 pesos.
“La federación se debe construir desde la solidaridad y eso nos debe llevar a la discusión de si la distribución es justa“, aseguró.