El telescopio espacial James Webb no para de sorprender con sus imágenes del universo. La última instantánea ha revelado un bodegón formado por decenas de galaxias junto con una nebulosa en primer plano. Lo más curioso es que, cuando los científicos han acercado el plano, han descubierto que tiene forma de interrogación, algo nunca visto hasta ahora en el espacio.
No está del todo claro qué es el objeto, pero sí saben que está relativamente lejos. En línea generales, cuanto más rojo se observa un objeto en una instantánea de campo, mayor es su distancia. Esto se explica porque la expansión acelerada del Universo estira la luz a medida que viaja hacia la Tierra, alargándola hacia las partes más rojas del espacio.
Todo apunta a que las dos manchas son de un color muy similar, así que los científicos sostienen la teoría de que sean dos galaxias distantes interactuando entre ellas. Este es un fenómeno relativamente común en el Universo, y la interacción gravitatoria puede hacer que las galaxias adquieran formas de lo más interesantes.
Por ejemplo, Arp 23 es parecida a una rosa. Se trata de una «distorsionada galaxia espiral enana en la constelación de los Lebreles». Tiene una apariencia asimétrica porque, a diferencia de la mayoría de las galaxias espirales solo tiene un brazo. Por su parte, Arp-Madore 2026-424 tiene la forma de una calavera. Se encuentra a 704 millones de año luz de la Tierra y forma parte del «Catálogo de Asociaciones y Galaxias Peculiares del Sur» de Arp-Madore.
¿Qué es el signo de interrogación que ha aparecido en el espacio?
«Lo primero que puedes descartar es que sea una estrella en la Vía Láctea”, explica Matt Caplan, profesor asistente de física en la Universidad Estatal de Illinois, según recoge la ‘CNN’. Y añade: «las estrellas siempre tienen estos picos realmente grandes, y eso es porque las estrellas son como puntos. Se llama difracción de básicamente los bordes de los espejos y los puntales que soportan el tipo de cámara en el medio».
Por su parte, Cristopher Britt, científico de educación y divulgación en la oficina de divulgación pública del Space Telescope Science Institute, señala que «podría ser una fusión de dos galaxias a miles de millones de años luz de distancia o una fusión en la que estas dos galaxias interactúan gravitacionalmente».
Esta integración también será el destino final de nuestra propia galaxia, que se fusionará con la galaxia de Andrómeda en unos 4.000 millones de años, asegura Britt.
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