Sergio Aguayo calificó como una vergüenza el que se haya autorizado el operativo y Lorenzo Meyer como un error criminal de los funcionarios norteamericanos.
La politóloga Denise Dresser celebró que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, a diferencia de los dos sexenios pasados, se haya pronunciado por encarar los sucedido con el operativo Rápido y Furioso, el cual permitió que 2 mil 500 armas fueran compradas ilegalmente y transportadas a México durante la administración de Felipe Calderón.
“Es un problema añejo que aqueja la relación bilateral y que ningún gobierno mexicano en los últimos dos sexenios ha tratado de encarar; al contrario, lo han promovido”, expresó durante la Mesa Política de Aristegui en Vivo.
Dresser consideró que, con estas acciones, lo que ha hecho Estados Unidos es exportar la violencia a México, pues el armamento se ha usado para matar a policías, miembros del Poder Judicial, elementos del Ejército, empresarios secuestrados y a jóvenes como los de Villas de Salvárcar.
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“Eso ha llevado a que en los últimos años haya habido un influjo de más de 100 mil armas y sólo se han confiscado muy pocas, y grupos criminales mexicanos han comenzado a adiestrarse en una esfera típicamente habitada por terroristas, guerrilleros o paramilitares, que es la compra internacional de armas, promovida desde Estados Unidos”, apuntó.
“El problema no reside sólo en la venta de armas, tiene que ver con ese operativo Rápido y Furioso que buscó introducir armas deliberadamente a México con el supuesto objetivo de rastrearlas. El gobierno de Obama lo alentó y permitió, aunque después nadie asumió la responsabilidad pública por ello”, agregó.
La también académica opinó que si bien Felipe Calderón fue quien promovió este tipo de acciones, Enrique Peña Nieto no estuvo a la altura del problema.
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“Es cierto que las armas no son el único factor detrás de la violencia que comenzó con el gobierno de Calderón y que aún presenciamos y padecemos, ahí está la debilidad institucional la impunidad en torno a Medina Mora”, manifestó.
“Yo aplaudo que el gobierno de México promueva esta iniciativa de transparencia, porque tenemos todos el imperativo moral de romper con el silencio que ha rodeado este tema y denunciar que el infierno mexicano está sembrado de AK47 y otras armas que ingresaron por la frontera y que distintos gobiernos mexicanos permitieron que así fuera”, acotó.
El académico Sergio Aguayo coincidió en que la nota diplomática que enviará la administración lopezobradorista a Estados Unidos para aclarar este episodio entre ambas naciones es una decisión muy acertada, ya que, dijo, investigar ese caso permitirá a México tener un arma para negociar en la invasión de armas de fuego y rifles de asalto que llegan constantemente de la Unión Americana.
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“Yo espero que este caso sirva para que se avance en ese tema, porque fue una vergüenza que se haya autorizado, que se esperara que cruzarán las armas. Es decir, poner a muertos mexicanos para detectar el tráfico de armas en México, me parece que fue una de las acciones más vergonzosas del poco respeto que le merecía la vida humana a algunos funcionarios de Calderón y Peña Nieto”, acusó.
En tanto, el historiador Lorenzo Meyer recordó que las armas norteamericanas han entrado a México desde el siglo XIX y que, de hecho, la Revolución Mexicana no se puede entender sin estas.
“En Estados Unidos se pueden comprar armas con una enorme facilidad; en buena medida, es un tráfico hormiga, alguien que compra una, dos o tres armas y las va juntando. Los que venden armas tienen ganas de venderlas, no de examinar papeles de quienes las compran”, refirió.
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No obstante, respecto a la operación Rápido y Furioso señaló que le costaba trabajo entender como una vez iniciada, un error burocrático permitió que éstas pasaran sin ser identificadas y que se pretendiera recuperarlas después de su cruce e, incluso, tras haber sido usadas.
“Error criminal de la autoridad norteamericana haber iniciado y no haberla llevado a cabo tal y como se pensó, que era arriesgado de todas manera. Necesitaba desde luego la cooperación mexicana, ¿dónde iba a recuperar las armas una vez que pasaran la frontera? En México. No solamente es una irresponsabilidad, es realmente una estupidez de alto grado”, concluyó.