Argentina brinda por Messi

Messi celebra con Agüero uno de sus goles frente a Bolivia.
Messi celebra con Agüero uno de sus goles frente a Bolivia.MARIANA GREIF / Reuters

América se debate entre los rivales de siempre: Brasil y Argentina. La Canarinha se pasea por su casa y sin demasiado esfuerzo se coronó campeona del grupo B. La Albiceleste, de menos a más, lideró el grupo A. La selección de Lionel Scaloni dudó en el estreno de la Copa América frente a Chile (1-1), se levantó ante Uruguay (1-0), aburrió contra Paraguay y se liberó en el duelo ante Bolivia (1-4). Se encuentra la nueva Argentina en el viejo Messi, máximo goleador (75) y asistente (43); ahora también el jugador con más partidos en la selección argentina (148).

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El récord de Messi llegó antes de lo previsto frente a Bolivia. Scaloni ya tenía todo preparado para hacer descansar al capitán en el último partido ante Paraguay. El técnico de la Albiceleste, de hecho, ya había hablado con Papu Gómez para que ocupara la vacante del 10. Un plan efímero, Messi pidió jugar su partido 147 ante la selección de Eduardo Berizzo. Y con la Argentina ya clasificada para los cuartos de final, el rosarino también deseó comparecer ante Bolivia. Scaloni no tuvo nada que decir, hace rato que en Barcelona y en Buenos Aires la voluntad del capitán es incuestionable, sobre todo cuando se trata de la gestión de minutos.

Messi no encontró mejor manera de celebrar sus 148 partidos (superó a Mascherano) que a su manera. Es decir, con goles, pero también con asistencias. La especulación le duró poco Bolivia en el Estadio Arena Pantanal. El muro verde que dibujó el técnico Farías resistió lo que tardó Messi en picar el balón para la aparición de Papu Gómez. La definición del delantero del Sevilla estuvo a la altura del pase tan genial como rutinario del rosarino: un latigazo sin dejar que botara el cuero, remate imposible para Lampe. Gómez se ganó la confianza del 10 fuera del campo -se sumó al grupo de los históricos que lideran Messi, Agüero y Otamendi, que cuenta con el descaro de De Paul y la tranquilidad de Paredes- para después conquistarlo en el tapete. Y dejó de ser su suplente para convertirse en su socio.

Justamente el exjugador del Atalanta se inventó el penalti para terminar en el segundo gol de la Albiceleste. Messi no falló desde los once metros. Sin embargo, quería más. Buscaba algo que no conseguía desde el Rusia 2018: un gol de jugada. Lo encontró con la ayuda de su viejo socio. Suplente en los dos primeros partidos de la Copa América, Agüero le volvió a ganar el duelo a Lautaro Martínez y, como ante Paraguay, saltó en el once inicial. Distanciado con el gol -no marca desde noviembre de 2019 en el empate frente a Uruguay (2-2)-, Agüero se vistió de quarterback para asistir a Messi. El 10 tocó con sutileza el balón por encima de Lampe matar el duelo antes del paso por el vestuario.

Bolivia, que llegó a Brasilia ya con el pasaje de regreso a La Paz sellado, se regaló un golazo de despedida. Justiniano se coló entre Acuña y Pezzella para que Saavedra amagara con la sorpresa. Entonces, apareció Lautaro Martínez para fusilar cualquier arrebato de la selección boliviana. Y Argentina, que ya sabía que lo esperaba Ecuador en los cuartos de final, se dedicó a descansar con el balón. Lo necesita Messi, que solo quiere jugar.

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