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Argentina y Paraguay estrechan sus relaciones para potenciar la hidroeléctrica Yacyretá

Argentina y Paraguay estrechan sus relaciones para potenciar la hidroeléctrica Yacyretá


Los presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez, y de Argentina, Alberto Fernández, posan delante de las obras de ampliación de la represa Yacyretá sobre el río Paraná, el 30 de mayo de 2022.NORBERTO DUARTE (AFP)

Las relaciones diplomáticas entre Argentina y Paraguay se estrechan. Las obras de ampliación de la hidroeléctrica binacional Yacyretá reunió a los presidentes Alberto Fernández y Mario Abdo Benítez en Ayolas, una localidad ubicada en el lado paraguayo de la represa. La excusa fue recorrer el avance de los trabajos en el vertedero Aña Cuá, sobre el río Paraná, donde se están instalando turbinas que elevarán en un 10% la capacidad de generación eléctrica del complejo, hoy en 3.200 Mw. Yacyretá es el cemento que une a ambos países, obligados a entenderse en la administración compartida de esa megaobra nacida del acuerdo entre dos dictaduras en los años setenta.

Fernández y Abdo Benítez están en polos ideológicos opuestos. Argentina y Paraguay, además, no tiene las mejores relaciones en el Mercosur, el bloque que integran junto con Brasil y Uruguay. El Gobierno paraguayo pide, junto con el de Montevideo, que no haga falta la autorización del resto de los socios para firmar acuerdos comerciales con terceros países. Yacyretá, además, no fue siempre motor de unidad.

Desde su construcción en 1983 en aguas del río Paraná, los paraguayos denuncian que la represa, fruto de un entendimiento entre las dictaduras militares que gobernaban ambos países en los años setenta, atenta contra la soberanía económica de su país y sólo beneficia a Argentina. Ambos países estuvieron más de 30 años atrapados en un callejón que impidió cualquier entendimiento. Argentina reclamaba a Paraguay la cancelación de 17.000 millones de dólares que aportó para financiar las obras. Paraguay insistía en que ellos habían puesto la mayor parte del territorio inundado por la represa sin cobrar por ello y recibían, además, migajas por la electricidad que no usaban y vendían a sus socios del sur.

La cuestión se dirimió recién en 2017, cuando los presidentes Mauricio Macri y Horacio Cartes firmaron un acta de entendimiento. Cuando se acordó la construcción de la represa, en 1973, los paraguayos asumieron una deuda que, con este acuerdo, se redujo en un 80% gracias a la quita de intereses acumulados desde 1992, hasta los 3.800 millones de dólares, a pagar en un plazo de 20 años y 10 años de gracia. Argentina, por su parte, se comprometió a pagar a partir del año que viene y durante 10 años casi 1.000 millones de dólares a Paraguay por haber aportado el 80% del territorio que la represa dejó bajo el agua.

Aquel acuerdo, aún vigente, destrabó obras que se encontraban suspendidas por la pelea. Una de ellas es la que este lunes visitaron Fernández y Abdo Benítez. “El presidente me pedía hace tiempo que lo visitara para que veamos el avance de estas obras. Suma más energía para los dos países, cuando la energía está siendo muy demandada. Da trabajo a 900 personas e indirectamente a otras 2.000″, dijo el argentino. “Esta obra aumenta la capacidad de producción y es ejemplo de integración. Una vez que funcione, Paraguay y Argentina van tener casi 10% más de lo que hoy produce Yacyretá, en energía limpia y renovable”, agregó el paraguayo.

Desde junio de 2020, la represa está instalando tres turbinas tipo Kaplan de 90 Mw de potencia cada una en el vertedero del brazo Aña Cuá, por donde sale el agua que la represa devuelve al río Paraná por cuestiones ambientales. El caudal actual de unos 1.000 m3 por segundo se mantendrá tras la instalación de las turbinas, pero ahora generará energía extra. La idea es que la obra esté terminada en 2024.

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