Celebraciones silenciosas y restricciones sanitarias ante la variante ómicron de Covid-19 marcan el inicio del 2022.
Uno de los primeros lugares en el mundo en recibir el Año Nuevo es Nueva Zelanda que ha organizado un espectáculo de luces sobre el puente del puerto de Auckland en lugar del tradicional espectáculo de fuegos artificiales.
Del mismo modo, París y Londres anunciaron que no tendrían espectáculo de fuegos artificiales por segundo año consecutivo.
Sin embargo, Australia optó por no renunciar a su tradicional celebración con fuegos artificiales y ofreció en Sídney un espectáculo de pirotecnia en el puerto debajo de la Ópera de Sídney.
En el caso de Nueva York, las autoridades estadounidenses informaron que llevarían a cabo una versión reducida de sus propias celebraciones en Times Square con solo 15 mil espectadores en lugar de los 55 mil habituales.
Mientras que en Los Ángeles se canceló la fiesta de la cuenta regresiva en Grand Park.
En otras partes de Asia, las celebraciones se redujeron o cancelaron en su mayoría. En Corea del Sur, la ceremonia tradicional de campanadas de medianoche fue cancelada por segundo año y las autoridades anunciaron una extensión de las reglas de distanciamiento durante dos semanas para abordar un aumento persistente de infecciones.
China, donde apareció el coronavirus por primera vez a fines de 2019, estaba en alerta máxima, con la ciudad de Xian bloqueada y los eventos de Año Nuevo en otras ciudades cancelados.
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La repentina llegada de Omicron ha traído un número récord de casos a países de todo el mundo.
Aunque las muertes no han aumentado tan rápido, lo que deja la esperanza de que la nueva variante sea más leve, muchos países han vuelto a imponer restricciones para evitar que los sistemas de salud se vean abrumados. Incluso cuando se permiten reuniones, muchas personas han optado por quedarse en casa.
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