Esta semana arrancó la legislatura número 43 de la Asamblea Nacional de Quebec. Sin embargo, los trabajos parlamentarios en esta provincia canadiense dieron inicio con 122 de los 125 miembros elegidos en los comicios del pasado tres de octubre, ya que los tres diputados del Partido Quebequés no estuvieron presentes. El motivo es que rehusaron prestar juramento al rey Carlos III de Inglaterra, el jefe de Estado en Canadá. Se trata de un requisito ineludible —al menos hasta hoy— para ocupar un asiento. Los diputados de la principal agrupación independentista proponen varias soluciones para ser aceptados en el órgano legislativo.
Paul St-Pierre Plamondon, líder del partido, había expresado en la campaña electoral que no acataría el juramento por considerarlo “una práctica arcaica”, subrayando que “no se puede servir a dos amos” y que “se trata de un recordatorio de la dominación colonial”. Tras los comicios del tres de octubre, St-Pierre Plamondon y otros dos candidatos del Partido Quebequés obtuvieron un asiento parlamentario; ha sido el peor resultado en la historia de la agrupación. El 23 del mismo mes, los tres diputados juraron lealtad únicamente al pueblo quebequés, pese a las advertencias señaladas en su momento por la presidencia de la Asamblea Nacional. Los parlamentarios canadienses, tanto federales como provinciales, deben prestar juramento al jefe del Estado, de acuerdo a lo que dicta la Constitución del país.
François Legault, primer ministro de Quebec, indicó en esas fechas que su partido –la Coalición Futuro de Quebec, con mayoría parlamentaria- está a favor de una modificación para que dicho juramento sea opcional, pero recalcó que para ello es necesario que los diputados lo realicen para ocupar un asiento y así votar al respecto. Las demás fuerzas políticas se han pronunciado en el mismo sentido. De hecho, los 11 diputados de Quebec Solidario (agrupación de izquierda; también de tintes independentistas) habían jurado de igual manera únicamente ante el pueblo quebequés, pero recularon posteriormente a modo de crear las condiciones para abordar en el órgano legislativo una reforma sobre el requisito.
Justin Trudeau, primer ministro canadiense, declaró el 19 de octubre: “La Asamblea nacional de Quebec tiene el derecho a decidir cómo quiere organizar sus juramentos”. Sin embargo, dijo que no formaba parte de la discusión modificar los vínculos de su país con la corona británica. Una encuesta de la firma Léger, efectuada hace unas semanas, arrojó que dos de cada tres quebequeses consideran que los diputados deberían ejercer sus funciones independientemente de que quieran o no prestar juramento al monarca.
El martes, Paul St-Pierre Plamondon manifestó en rueda de prensa que la presidencia de la Asamblea nacional de Quebec “es soberana en su gestión interna”, por lo que puede ordenar que los diputados del Partido Quebequés ingresen al foro, aunque no tengan derecho de voto. El líder partidista también propuso una ley con carácter retroactivo. St-Pierre Plamondon recalcó que el requisito es “una humillación inaceptable”. La bancada de Quebec Solidario ya ha informado que este jueves presentará un proyecto de ley para que el juramento al rey Carlos III sea opcional. Mientras tanto, los asientos de los tres diputados del partido fundado por René Lévesque en 1968 permanecen vacíos.
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