“Para mí hacer debutar a alguien es estar seguro de que se pueda asentar en el primer equipo o que pueda tener recorrido. Lo otro es muy fácil. Medalla para mí, los chavales encantados, el entorno lo mismo, los representantes ni te cuento. Pero no son números, son personas y están en formación. A veces crees que les haces un favor y lo que les haces es un flaco favor. Cuando yo entienda que están preparados y que puedan asentarse, seré el primero en ponerlos, pero hay que tener cuidado”.
Jagoba
Arrasate
se manifestó de esta forma hace ya algunos días en Tajonar, la fábrica de Osasuna. El técnico vizcaíno sigue la misma senda que trazaron tiempo atrás otros ilustres y no tan ilustres entrenadores. Profesionales que se preocupan también por las personas que tienen a sus órdenes, sobre todo en lo que a la juventud hace referencia. No todos los técnicos piensan y actúan de la misma manera.
Todavía recuerdo a un exaltado
Marcelo
Bielsa
en una rueda de prensa refiriéndose a esta misma cuestión. Señalando a la prensa que sigue los movimientos del Athletic que lo fácil para él sería hacer debutar a varios cachorros de Lezama; pero que lo realmente importante, tanto para los chavales como para el propio club, era que este tipo de apuestas se hiciese con el convencimiento de que no iba a ser flor de un día. Hay entrenadores, eso sí, que tiran de estrenos de canteranos para que, si estos llegan, pasen a formar parte de sus descubrimientos.
Arrasate, cuya temporada en Osasuna ha sido realmente meritoria tratándose de un recién ascendido, antepone el interés general sobre el personal. Bielsa, a buen seguro, también. No son los únicos en pensar y actuar igual en esta misma cuestión. Otros, en cambio, prefieren ser recordados por ‘sus’ debut.