El superintendente en jefe, Ng Lok-Chun, dijo a los periodistas que los arrestos se cometieron por delitos que incluyeron la reunión ilegal y la posesión de diferentes armas.
La gran marcha por el día de Año Nuevo, el pasado 1 de enero, en Hong Kong culminó con arrestos masivos y enfrentamientos callejeros entre manifestantes y autoridades.
Cerca de 400 personas, de los miles que participaron en el mitin pacífico, fueron detenidos por la policía, lo que obligó a los organizadores a frenar los actos ante la escalada de disturbios por parte de los manifestantes más radicales.
La tensión aumentó después de que se realizaron algunos arrestos en el distrito de bares Wan Chai, cuando varios activistas vandalizaron una sucursal del gigante bancario HSBC, lo que provocó que los agentes les rociaran gas pimienta.
El superintendente en jefe, Ng Lok-Chun, dijo a los periodistas que los arrestos se cometieron por delitos que incluyeron la reunión ilegal y la posesión de diferentes armas, reportó el canal de televisión CNA.
Con los arrestos del miércoles, suman alrededor de siete mil los detenidos desde que estallaron las protestas en Hong Kong en junio por un proyecto de ley ahora retirado que habría permitido la extradición a China.
Al margen de los incidentes, decenas de miles de personas marcharon pacíficamente para pedir a los ciudadanos de la excolonia británica que mantengan viva la llama del movimiento de protesta durante el 2020 y para recordar al Gobierno hongkonés, a través de pancartas y eslóganes, las demandas del movimiento prodemocrático.
Las demandas incluyen la retirada del proyecto de ley (ya conseguida), una investigación independiente sobre la brutalidad policial a la hora de reprimir las protestas, la amnistía a los detenidos hasta la fecha, la retirada del término “revuelta” a la manifestación del 12 de junio y el sufragio universal para elegir al jefe del Ejecutivo local.
Con información de agencias