Un mexicano que estuvo refugiado el último año en una iglesia en Seattle para evitar su deportación fue detenido el miércoles cuando se presentó ante autoridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas.
El arresto generó la protesta de numerosos simpatizantes que habían acompañado a José Robles, de 44 años, a las oficinas del ICE (siglas en inglés de la agencia), en el suburbio de Tukwila, donde él tenía intención de solicitar otro aplazamiento a su deportación.
Su esposa y dos hijas, la más chica de las cuales es ciudadana estadounidense, acompañaron a Robles, que ha vivido en Estados Unidos casi 20 años.
Robles tenía orden de deportación desde 2013 debido a dos arrestos por casos menores de violencia familiar que posteriormente fueron desechados, según el periódico The Seattle Times.
Una corte federal de apelaciones suspendió temporalmente su deportación y está pendiente su solicitud de visa-U, que puede ser concedida a inmigrantes víctimas de delitos.
Robles fue golpeado con una pistola durante un robo a una peluquería en la que le estaban cortando el cabello en 2018, según un informe de la policía.
Su abogada, Sandy Restrepo, dijo que por haberse refugiado en la iglesia luterana Getsemaní e ignorar los avisos de presentarse ante las autoridades de ICE, su solicitud de visa podría estar en peligro.
Robles sabía que podrían detenerlo.
“Espero salir y dar las gracias a todos”, declaró el hombre antes de ingresar en el edificio con los ojos enrojecidos.
Sin embargo, Restrepo salió sin su cliente y dijo que lo habían detenido.
Una red de iglesias, sinagogas y activistas de la zona de Seattle han apoyado a Robles en los últimos años, convirtiéndolo en un símbolo local del movimiento santuario en una época en que el presidente Donald Trump combate a los inmigrantes que viven sin permiso en Estados Unidos.
“Muchas de las personas con las que se reúna en ese edificio saben que no está solo, que tiene una comunidad a su lado”, dijo la reverenda Beth Chronister, de la iglesia unitarista universalista, cuando Robles se presentó ante el ICE.
El ICE afirma que le suspendió a Robles la deportación en tres ocasiones, pero el año pasado se rehusó a darle una cuarta y le ordenó salir del país en tres meses.
El día que debía haberse ido, Robles se refugió en la iglesia.
Tanya Roman, portavoz de ICE, dijo el miércoles que la agencia no haría declaraciones sobre el caso por motivos de privacidad.
Restrepo subrayó que Robles nunca fue declarado culpable de violencia familiar y señaló que recibió asesoría psicológica después del segundo caso.
“José ha cometido errores”, dijo la abogada, pero representa una “parte enorme” en la vida de su familia.
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