Las autoridades instauradas por los talibanes en Afganistán tras tomar el control del país en agosto aseguran que respetan el derecho a la educación de las niñas y que están creando un “marco” para que niños y niñas puedan continuar su educación en lugares separados.
El ministro para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio, el jeque Mohamad Jaled Hanafi, destacó que el Islam no está contra la educación, pero está contra la educación sin hiyab.
“El Emirato Islámico está creando un marco en el que niños y niñas podrán continuar su educación en lugares separados“, agregó.
En este sentido, denunció que las mujeres hacían frente a “acoso” durante la administración del expresidente Ashraf Ghani y que los talibán garantizarán que mujeres y niñas cuenten con oportunidades educativas una vez que se garantice la segregación en las clases, según informó la cadena de televisión afgana Tolo TV.
Asimismo, Hanafi hizo hincapié en que el objetivo del Ministerio para la Propagación de la Virtud y la Prevención del Vicio no es humillar a personas honorables con razones como el afeitado. “Ese no es nuestro objetivo”, expresó.
La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW) denunció a finales de octubre que las administraciones provinciales estaban actuando según un “manual contra el vicio” que impone unas políticas de abusos y discriminación mucho más duras que las aplicadas en la capital, Kabul, ya de por sí incompatibles con el Derecho Internacional.
Las mujeres y las niñas siguen siendo los principales objetivos de esta cartera, intocable durante el régimen talibán que duró desde 1996 a 2001 y restaurada el 7 de septiembre en lugar del Ministerio para Asuntos de la Mujer. Su manual instruye a los líderes religiosos que eduquen a la población masculina en la figura del “mahram” o acompañante, la única figura masculina a la que las mujeres podrán enseñar el rostro.
Asimismo, el libro ratifica que las mujeres deberán siempre llevar hiyab y velo en público, si bien pide que estas directrices sean cumplidas “de manera fácil y amable”, algo desmentido por HRW.
“Los agentes del Ministerio pegan en público a las mujeres que consideran como ‘inmodestas’ solo por enseñar sus mano o sus tobillos, y pegan a los hombres por recortarse la barba”, aseguró la ONG.
Los talibán, que se hicieron con el poder tras entrar en Kabul poco después de la huida del país de Ghani, anunciaron tras ello la formación de su Gobierno, marcado por la falta de mujeres y de representantes de otros grupos políticos de Afganistán.
A pesar de ello, el vice primer ministro de Afganistán, Abdulsalam Hanafi, resaltó en octubre que este Ejecutivo “es inclusivo” y agregó que el grupo fundamentalista ha intentado incorporar a todos los grupos étnicos y sectores sociales en las nuevas autoridades.
Europa Press
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